Ir al contenido principal

#57 Pesebre norteño

Este pesebre me lo regaló papá. Fue comprado en Buenos Aires.
Tiene seis piezas, en cerámica, con predominancia de colores amarillo y marrón. Las figuras son gorditas, tienen rasgos andinos y bien podrían ser las del "Villancico norteño", de María Elena Walsh:

"En un ranchito de adobe
ha nacido el Niño Dios.
Aquí vengo con mi caja
a cantarle una canción.
La Virgen come manzanas,
San José tiene calor.
Por la quebrada vienen
los Reyes Magos,
cargados de alfeñiques,
miel y chipaco.
Miel y chipaco sí,
para la guagua
que nos está mirando
dentro del alma.
Llora en su cama de paja
el Niño muerto de sueño.
Con sus alas lo abanican
ángeles catamarqueños.
La Virgen oye los pájaros
y San José cuenta un cuento.
Por la quebrada vienen
los Reyes Magos,
traen un poncho fino
y otros regalos.
Y otros regalos sí,
para la guagua
que ha venido a salvarnos
de cosas malas.
Por la ventana del rancho
espían los animales.
Una corzuela curiosa
abre los ojos muy grandes.
La Virgen peina sus trenzas
y San José toma mate.
Los Reyes Magos
vienen por la quebrada.
Traen dulce de tuna,
leche de cabra.
Leche de cabra sí,
para la guagua,
Dios misericordioso
que nos ampara.
Todavía no han llegado
los doctores ni los ricos.
Sólo venimos los pobres,
animales y changuitos.
La Virgen nos acaricia
y San José nos bendijo.
Por la quebrada abajo
traen los Reyes
una corona de oro
y otros juguetes.
Y otros juguetes sí,
para la guagua
que nació para darnos
fe y esperanza."

Comentarios

Entradas populares de este blog

#254 Un ajuar para el Niño

Este Niño precioso me lo regaló mi amiga Annie Calzia en julio de 2018. Lo trajo de Santiago de Chile y por eso acudí a Teresa de los Andes (1900-1920), carmelita chilena canonizada en 1993, para escribir estas líneas. En una de sus cartas a su prima Herminia Valdés Ossa, Teresa le da algunos consejos para vivir el tiempo de Adviento, que está a punto de empezar. "Prepárate para Navidad. Piensa todos los días en Jesús que, siendo Dios eterno, nace como un tierno Niño; siendo Todopode­roso, nace pobre, sin tener con qué resguardarse del frío. Necesita de su Madre para vivir, siendo Él la Vida", le escribe a su prima, a quien llamaba cariñosamente "Gordita". Y a continuación le hace una "lista" para que le prepare un "ajuar" al Niño Jesús: "Camisitas para abrigarlo: cinco actos de amor diarios y deseos de recibirlo en la Comunión. 'Jesús mío, ven a mi pobre corazón, que sólo desea latir por Ti'. Mantillas para envolverle sus pi...

#275 El pozo de Belén

Este pesebre me lo regaló en mayo de 2019 mi amiga Daniela Temelini. El nacimiento fue hecho por la hermana de Daniela, carmelita descalza del Monasterio Santa Teresa de Jesús, de Buenos Aires. Cuando lo vi, lo que más me llamó la atención fue un aljibe al costado del pesebre. ¿Qué hace un pozo de agua allí? Lo curioso es que en Belén no hay uno sino tres pozos de agua históricos, cisternas cavadas en la roca, a poca distancia de la iglesia de la Natividad. Son los pozos del rey David, asociados al episodio de los tres valientes soldados que irrumpen en el campamento de los filisteos para buscar agua, narrado en el segundo libro de Samuel y el primero de Crónicas: "Estos tres, los más valientes de los treinta, bajaron juntos donde David, a la caverna de Adulam, en el tiempo de la siega, mientras que una tropa de filisteos acampaba en el valle de Refaím. David estaba en el refugio y había en Belén una guarnición filistea. Se le antojó decir a David: '¡Cómo me gustaría be...

#277 En la barquilla

Este pesebre me lo regaló en octubre de 2019 mi amiga Paula Molinari. Lo trajo de Jujuy, en el noroeste de Argentina, y es una única pieza de cerámica, en estilo andino. Las figuras de José, María y el Niño están dentro de una canoa de totoras -o caballito de totora, como se la denomina popularmente-, una embarcación típica de los pueblos originarios del lago Titicaca, en la frontera entre Bolivia y Perú. ¿Qué hace el Niño Jesús durmiendo en una barca? Santa Teresa de Lisieux utilizaba muchas veces esta imagen para hablar de la silenciosa presencia de Jesús en su alma, a veces tan sigiloso que parece dormir, incluso en medio de la tempestad, como lo hizo en la barca de los apóstoles. En sus diversos escritos, Teresita habla muchas veces de sí misma como una barquilla, una navecilla, un "frágil esquife". Por fe, sabe que Jesús va en su barca, que es el "piloto divino" quien marca el rumbo de su vida y la conduce a la ribera deseada, aunque a veces la travesía no es...