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Mostrando entradas de 2022

#289 Bonsái

Este pesebre lo compré en diciembre de 2021 en Mar del Plara (Argentina) y fue hecho por Mariela Fonseca, de Cositas para vos. Es un pequeño pesebre en una macetita. Un pesebre bonsái. Imagino a Dios Padra jardinero cultivando su semilla en la tierra de nuestra pequeñez. Quien cultiva un bonsai sabe que, con paciencia y arte, aún en poco espacio puede hacer crecer un árbol tan bello como una sequoia colosal. Dios Padre es un jardinero capaz de darnos forma hasta reproducir la imagen de su Hijo. Es una labor de mano artesana: hay que preparar la tierra, removerla, plantar la semilla, regar, abonar, quitar la maleza, procurar la luz y la temperatura adecuadas. Y podar. Podar muchas veces... como a la higuera estéril a la que hay que darle otra oportunidad. Hasta obtener el fruto esperado. Como barro somos en manos del alfarero, también así: como brote verde al cuidado del Jardinero. ¡Que así sea!

#288 Altiplano

Este pesebre me lo regaló mi mamá en diciembre de 2021. Está pintado a mano por la artista y diseñadora Marga Martín, de Mar del Plata (Argentina), quien presenta la escena del nacimiento en un paisaje altiplánico, entre cerros y cactus. Es un entorno desértico, solitario, silencioso... inmenso y lleno de vida, para quien sabe descubrirla y apreciarla. Decía el jesuita español Josep Fernández de Henestrosa -a quien apodaban PPH-, que el altiplano es que, en estos lugares en los que, por silenciosos y solitarios, parece que todos se han olvidado d que existe y es allí en donde uno empieza a comprender "lo que es sentirse acompañado y lo que es acompañar a la gente". Por eso, no cuesta nada imaginar un pesebre en pleno altiplano... casi el lugar perfecto para descubrirse acompañado -amado- por el Dios-con-nosotros. Fernández de Henestrosa, quien vivió en el Altiplano boliviano entre 1972 y 2001, sirviendo entre el pueblo aymara, supo bien lo que era esa sensación de soledad

#287 Partitura de mi risa

Este almanaque 2022 me lo regaló mi mamá. Tiene una imán con la imagen del pesebre que incluye otro imán: la sonrisa y, más que sonrisa, la risa de la Virgen. De modo que cada vez que mire el almanaque este año, sea un buen día o uno complicado, me encontraré con el rostro de María regalándome su alegría. ¿De qué se ríe la Virgen? No abundan las representaciones de María exultante de alegría, pero no debería ser así. Pese a las muchas dificultades y los duros dolores que vivió la Virgen, es la mujer más plenamente alegre, la que conoce y vive el gozo de Dios y la que llevó en sí la fuente misma de la verdadera alegría, que es Jesús. "Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo". "Mi espíritu se alegra en Dios, mi Salvador". La alegría verdadera, el buen humor e, incluso, la risa sana son signos de vivir en la presencia de Dios una existencia humana no exenta de dificultades y sufrimientos pero llena de gracias divinas que ayudan a atravesarlos. Jesús, siendo pl