Este pesebre, un regalo cuyo origen desconozco, es una verdadera miniatura: las figuras blancas de Jesús, María y José, más la estrella de Belén, fueron colocadas dentro de media cáscara de nuez, montada sobre un pequeño disco de madera como base.
Según el abate francés Joseph-Alexander Martigny, en su "Diccionario de antigüedades cristianas", los padres de la Iglesia, en particular San Gregorio y Filón, han considerado a la nuez como el símbolo de la perfección.
Por esta razón, para significar la virtud perfecta de un cristiano, en los primeros tiempos de la Iglesia se acostumbraba a colocar imágenes de nueces en las tumbas.
Pero la nuez, según Martigny, fue sobre todo para los escritores de los primeros siglos de la cristiandad un símbolo de Cristo.
San Agustín escribió que "la nuez tiene en su cuerpo la unión de tres sustancias: el pellejo (la película), la cáscara y el núcleo".
"En la película está representada la carne; en la cáscara, los huesos; en el núcleo, el alma interior. La película de la nuez significa la carne del Salvador que ha experimentado en ella la esperanza, o sea la amargura de la pasión; el núcleo significa la dulzura interior de la divinidad, que da el alimento y desempeña el papel de la luz. La cáscara representa la madera de la cruz, que, al interponerse, ha separado en nosotros lo exterior de lo que está dentro. Pero ha reunido, por la imposición de la madera del Salvador, lo terrenal con lo celeste", señaló San Agustín.
Por su parte, San Paulino afirmó que " en la nuez está Cristo".
"La madera de la nuez es Cristo, porque en el interior de las nueces está el alimento; la corteza en el exterior; pero sobre ella hay una corteza verde que es amarga; ved ahí a Dios Cristo velado por nuestro cuerpo, el cual es frágil por la carne, alimento por el verbo y amargo por la cruz", dijo San Paulino.
¡Qué este pesebre que está en el núcleo de una nuez sea alimento para todos en este tiempo de Adviento!
Según el abate francés Joseph-Alexander Martigny, en su "Diccionario de antigüedades cristianas", los padres de la Iglesia, en particular San Gregorio y Filón, han considerado a la nuez como el símbolo de la perfección.
Por esta razón, para significar la virtud perfecta de un cristiano, en los primeros tiempos de la Iglesia se acostumbraba a colocar imágenes de nueces en las tumbas.
Pero la nuez, según Martigny, fue sobre todo para los escritores de los primeros siglos de la cristiandad un símbolo de Cristo.
San Agustín escribió que "la nuez tiene en su cuerpo la unión de tres sustancias: el pellejo (la película), la cáscara y el núcleo".
"En la película está representada la carne; en la cáscara, los huesos; en el núcleo, el alma interior. La película de la nuez significa la carne del Salvador que ha experimentado en ella la esperanza, o sea la amargura de la pasión; el núcleo significa la dulzura interior de la divinidad, que da el alimento y desempeña el papel de la luz. La cáscara representa la madera de la cruz, que, al interponerse, ha separado en nosotros lo exterior de lo que está dentro. Pero ha reunido, por la imposición de la madera del Salvador, lo terrenal con lo celeste", señaló San Agustín.
Por su parte, San Paulino afirmó que " en la nuez está Cristo".
"La madera de la nuez es Cristo, porque en el interior de las nueces está el alimento; la corteza en el exterior; pero sobre ella hay una corteza verde que es amarga; ved ahí a Dios Cristo velado por nuestro cuerpo, el cual es frágil por la carne, alimento por el verbo y amargo por la cruz", dijo San Paulino.
¡Qué este pesebre que está en el núcleo de una nuez sea alimento para todos en este tiempo de Adviento!
He entrado en su página. Me parece una idea genial. Pero encuentro un poco fuerte el color rojo de toda la página. Luego el texto cuesta leerlo. Y me parece que habría que ajustar alguna cosa. De todas formas, enhorabuena por la idea. Feliz Navidad
ResponderEliminarJMC
Gracias, José María, tendré en cuenta sus sugerencias... Le deseo feliz tiempo de Adviento!
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