#144 Trono

Este Niño en el pesebre, hecho en yeso, me lo regaló en noviembre de 2014 mi amiga Annie Calzia, quien lo compró en la santería de Nuevo Schoenstatt, de Florencio Varela (Argentina).

Jesús está sentado en su cunita de paja, bendiciendo, saludando, sonriendo, ofreciéndose a cuantos quieren contemplarlo...
Es el Rey de reyes en su trono. El Dios que, hecho Hombre, deja la gloria del Cielo por venir a nosotros.
Este trono real de pobre paja desafía la soberbia, los poderes de este mundo, la incredulidad...
Y es una mano tendida a nuestra pobreza, nuestra debilidad, nuestra impotencia, nuestra nada... Somos muy pobres, no mereceríamos presentarnos ante el trono real... Pero Él , como dice la carta a los Filipenses, "a pesar de su condición divina, no hizo alarde de su categoría de Dios". Al contrario, "se despojó de su rango", eligió pasar "por uno de tantos" y actuar -desde su nacimiento- "como un hombre cualquiera".
Escribió santa Luisa de Marillac que "el Hijo de Dios no viene a este mundo de la manera que correspondería a su grandeza, sino con las apariencias más bajas que se podrían imaginar" y esto con el fin de "darnos mayor libertad para acercarnos a Él".
No temas presentarte pobre ante el trono de este Rey hecho Niño. Él mismo se hizo pobre para darnos su riqueza...