Ir al contenido principal

Niño invitado #61: Llevando a Jesús a pasear al templo


En abril de 2018 visité en Lima, Perú, la preciosa y monumental Basílica de San Francisco.
Era domingo y el templo, que realmente es enorme, estaba colmado de gente del lugar, turistas y numerosas cofradías que ese día se reunían allí para la celebración de la misa.
Entre la multitud de feligreses, fui visitando las capillas laterales de estilo barroco, pero una llamó especialmente mi atención, no por su riqueza artística -todos los altares la tienen por igual- sino por dos detalles. La capilla lateral dedicada a Nuestra Señora del Carmen tenía sus trabajadas puertas de rejas abiertas, mientras las demás estaban cerradas. Pero, además, noté de refilón algo sobre el altar, algo que a primera vista no pude identificar del todo pero que, sin dudas, me hizo frenar. "¿Es una cunita?". Me puse en puntas de pie para tratar de ver un poco más... ¡Un Niño Jesús en una cuna!
Una señora, que seguramente vio mi cara de asombro y mi interés particular, se me acercó en seguida. Se presentó como Eugenia. Me contó que era miembro de la Cofradía de la Virgen del Carmen de la Basílica de San Francisco y que los sábados tienen la costumbre de acudir a esta capilla lateral y bajar la figura del Niño que la Virgen del Carmen tiene en brazos. Le cambian la ropa y lo "cargan" un rato "para ayudar a la Virgen", me contó Eugenia con toda dulzura.
El Niño en la cuna sobre el altar era de Ana Lucía, una de sus hermanas de cofradía. "Lo trae a pasear un rato a la iglesia y luego vuelve a su casa", me dijo Eugenia con toda naturalidad...
A mi me impactó muchísimo un gesto tan simple y peculiar como éste: llevar a Jesús a pasear al templo, sacarlo de casa, permitir el encuentro del Niño con otras personas...
Me recordó al pasaje en que María y José llevan al Niño al templo, dando paso a esos encuentros preciosos con los ancianos Simeón y Ana.
Pero también a las tantas visitas de Jesús al templo de Jerusalén, a sus encuentros con tantas personas allí...
"Y Jesús se paseaba por el Templo", dice el Evangelio de san Juan (10, 23).
Pienso que llevar a Jesús al templo es hoy ser medios, instrumentos, para que el Señor pueda llegar a otros "templos" donde Dios desea entrar, recorrer, observar con atención, enseñar... y también echar "mercaderes" y hasta derribar muros para reconstruirlos... para volverlos verdaderas casas de oración y moradas suyas.
¡El Jesús que te habita quiere que lo saques a pasear!


Comentarios

Entradas populares de este blog

#254 Un ajuar para el Niño

Este Niño precioso me lo regaló mi amiga Annie Calzia en julio de 2018. Lo trajo de Santiago de Chile y por eso acudí a Teresa de los Andes (1900-1920), carmelita chilena canonizada en 1993, para escribir estas líneas. En una de sus cartas a su prima Herminia Valdés Ossa, Teresa le da algunos consejos para vivir el tiempo de Adviento, que está a punto de empezar. "Prepárate para Navidad. Piensa todos los días en Jesús que, siendo Dios eterno, nace como un tierno Niño; siendo Todopode­roso, nace pobre, sin tener con qué resguardarse del frío. Necesita de su Madre para vivir, siendo Él la Vida", le escribe a su prima, a quien llamaba cariñosamente "Gordita". Y a continuación le hace una "lista" para que le prepare un "ajuar" al Niño Jesús: "Camisitas para abrigarlo: cinco actos de amor diarios y deseos de recibirlo en la Comunión. 'Jesús mío, ven a mi pobre corazón, que sólo desea latir por Ti'. Mantillas para envolverle sus pi

#275 El pozo de Belén

Este pesebre me lo regaló en mayo de 2019 mi amiga Daniela Temelini. El nacimiento fue hecho por la hermana de Daniela, carmelita descalza del Monasterio Santa Teresa de Jesús, de Buenos Aires. Cuando lo vi, lo que más me llamó la atención fue un aljibe al costado del pesebre. ¿Qué hace un pozo de agua allí? Lo curioso es que en Belén no hay uno sino tres pozos de agua históricos, cisternas cavadas en la roca, a poca distancia de la iglesia de la Natividad. Son los pozos del rey David, asociados al episodio de los tres valientes soldados que irrumpen en el campamento de los filisteos para buscar agua, narrado en el segundo libro de Samuel y el primero de Crónicas: "Estos tres, los más valientes de los treinta, bajaron juntos donde David, a la caverna de Adulam, en el tiempo de la siega, mientras que una tropa de filisteos acampaba en el valle de Refaím. David estaba en el refugio y había en Belén una guarnición filistea. Se le antojó decir a David: '¡Cómo me gustaría be

Niños invitados #39: Los "Manuelitos" de Mama Antula

En agosto de 2016 tuve la oportunidad de visitar la Santa Casa de Ejercicios Espirituales, de Buenos Aires, faltando pocos días para la beatificación de la fundadora de este sitio histórico, María Antonia de Paz y Figueroa . Conocida popularmente como Mama Antula, María Antonia nació en la provincia argentina de Santiago del Estero en 1730, cuando aquel territorio dependía del Virreinato del Perú. A los 15 años hizo votos de pobreza y castidad, adoptó el nombre de María Antonia de San José y, junto a otras compañeras, bajo una forma de vida consagrada conocida entonces como "beaterio", se dedicó a asistir a los jesuitas en su labor pastoral y social, en particular en los Ejercicios Espirituales de san Ignacio de Loyola. La figura de Mama Antula se hizo conocida gracias a su empeño por mantener vivo el carisma ignaciano luego de que en 1767 el rey español Carlos III decretara la expulsión de los jesuitas de sus territorios, lo que la movió a recorrer varias provincias del n