Este pesebre me lo regalaron papá y mamá, quienes lo compraron en una tienda Falabella, de Buenos Aires, en diciembre de 2011.
De origen chino, este pesebre de cerámica tiene nueve piezas de tamaño grande, en vivos colores y con rasgos aniñados y alegres.
Me llaman la atención las miradas de cada figura, todas transparentes y muy directas, aunque en distintas direcciones. Unos miran al cielo, los animales parecen mirarme a mi y la Virgen da la sensación de que mira a alguna persona que está allí mismo, contemplando la escena, tal un pastor... Todos miran a algo o alguien, pero en silencio. Son miradas tiernas, contemplativas, serenas. ¡Qué Dios nos regale esta mirada transparente y de paz!
De origen chino, este pesebre de cerámica tiene nueve piezas de tamaño grande, en vivos colores y con rasgos aniñados y alegres.
Me llaman la atención las miradas de cada figura, todas transparentes y muy directas, aunque en distintas direcciones. Unos miran al cielo, los animales parecen mirarme a mi y la Virgen da la sensación de que mira a alguna persona que está allí mismo, contemplando la escena, tal un pastor... Todos miran a algo o alguien, pero en silencio. Son miradas tiernas, contemplativas, serenas. ¡Qué Dios nos regale esta mirada transparente y de paz!
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