Este pesebre lo compré en La Cumbresita, Córdoba, en la casa de artesanías La Posada de los Duendes.
Es de una sola pieza, en cerámica. En el portal de Belén, están Jesús, María y José, en colores pasteles, junto a una ovejita, con detalles de pasto y una cubeta que sirve de porta vela.
Hay además una campana, un elemento muy común en la decoración navideña.
Las campanas comenzaron a utilizarse en las iglesias en la Edad Media.
Algunos creen que su sonido ahuyentan los malos espíritus y hasta las tormentas...
Desee los templos, su sonido llama a la misa o a la oración comunitaria, degún el tipo de toque. Es en este sentido un verdadero medio de comunicación, con un código compartido que la gente del lugar es capaz de interpretar.
En las festividades, como la Navidd, repican una y otra vez en señal de alegría y como invitación a ir a adorar al Niño que ha nacido.
“Din don dan, din don dan,
vamos a cantar.
La alegría de este día
hay que festejar.
Din don dan, din don dan,
todos al portal.
Al niñito que ha nacido
vamos a adorar.
Navidad llegó y llegó la paz,
y sobre la tierra hay felicidad.
Navidad llegó y llegó el amor,
y en los corazones brilla la emoción.
Una luz brilló, un ángel será,
tan hermosa noche nunca más habrá.
Ha nacido Dios, lleno de humildad,
y a los corazones trae amor y paz”.
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