Este pesebre de madera, pintado en diferentes colores y laqueado, es un regalo de mis padres, que lo compraron a una artesana del parque Rivadavia, en Buenos Aires, en octubre de 2008.
Lo podemos considerar como un todo o bien cono el ensamble de diez piezas.
Una especie de rompecabezas, donde cada pieza encastra en un solo lugar, de un solo modo. Poner una pieza en otra posición no solo sería en vano, sino que rompería definitivamente con la armonía del conjunto, pensada de antemano por su creador, su diseñador.
Se me ocurre pensar en nuestra vida como un rompecabezas, ideado desde la eternidad por Dios, donde cada pieza, aunque cueste verlo, encaja de un modo perfecto, único y misterioso.
Como dice Pablo en la carta a los romanos, "Dios dispone todas las cosas para el bien de los que lo aman".
Dios dispone misteriosamente las piezas de nuestra vida. Que nos dé sabiduría pata ver este gran rompecabezas como un todo, lleno de sentido.
Lo podemos considerar como un todo o bien cono el ensamble de diez piezas.
Una especie de rompecabezas, donde cada pieza encastra en un solo lugar, de un solo modo. Poner una pieza en otra posición no solo sería en vano, sino que rompería definitivamente con la armonía del conjunto, pensada de antemano por su creador, su diseñador.
Se me ocurre pensar en nuestra vida como un rompecabezas, ideado desde la eternidad por Dios, donde cada pieza, aunque cueste verlo, encaja de un modo perfecto, único y misterioso.
Como dice Pablo en la carta a los romanos, "Dios dispone todas las cosas para el bien de los que lo aman".
Dios dispone misteriosamente las piezas de nuestra vida. Que nos dé sabiduría pata ver este gran rompecabezas como un todo, lleno de sentido.
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