Este pesebre en miniatura, de figuras con ojos saltones y colores vivos, lo compré en Cartagena, Colombia, en mayo de 2006.
Su particularidad es que está montado dentro de un caracol.
El caracol es un elemento de fuerte connotación religiosa. Es símbolo de la resurrección y también del bautismo.
En el primer caso, esta simbología se aplica a un caracol de tierra muy particular, aquel que para hibernar se adhiere a las cepas de los viñedos encerrado en su propia caparazón, como en un ataúd, hasta la llegada de la primavera. La cepa es el sostén de la uva. La uva es la base del vino y el vino, consagrado, es la sangre de Cristo. Por eso el caracol es un símbolo muy utilizado durante la Pascua e incluso aparece en las puertas de los sagrarios de algunas iglesias.
En tanto, la caracola, o caracol de mar, simboliza el nacer del hombre nuevo, el renacimiento desde las profundidades del mar, del agua, y de ahí que se lo asocie al bautismo.
Un nuevo nacimiento, un renacer que es posible gracias al misterio de la Navidad.
Su particularidad es que está montado dentro de un caracol.
El caracol es un elemento de fuerte connotación religiosa. Es símbolo de la resurrección y también del bautismo.
En el primer caso, esta simbología se aplica a un caracol de tierra muy particular, aquel que para hibernar se adhiere a las cepas de los viñedos encerrado en su propia caparazón, como en un ataúd, hasta la llegada de la primavera. La cepa es el sostén de la uva. La uva es la base del vino y el vino, consagrado, es la sangre de Cristo. Por eso el caracol es un símbolo muy utilizado durante la Pascua e incluso aparece en las puertas de los sagrarios de algunas iglesias.
En tanto, la caracola, o caracol de mar, simboliza el nacer del hombre nuevo, el renacimiento desde las profundidades del mar, del agua, y de ahí que se lo asocie al bautismo.
Un nuevo nacimiento, un renacer que es posible gracias al misterio de la Navidad.
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