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#241 Honguito


Este pesebre me lo regaló mi amiga Cris Terceiro en febrero de 2018. Es una pequeña pieza de cerámica, con las figuras de la Sagrada Familia en estilo andino, y un honguito muy simpático por detrás.
Por sus características particulares, al diferenciarse de plantas y animales, los hongos conforman un reino aparte, el fungi. Los mohos y los organismos productores de setas son hongos, así como también la levadura, o fermento, un hongo microscópico unicelular, capaz de transformar otras sustancias mediante la fermentación y que aparece en una de las parábolas de los evangelios de Mateo y Lucas.
Dice Jesús: «Aquí tienen otra figura del Reino de los Cielos: la levadura que toma una mujer y la introduce en tres medidas de harina. Al final, toda la masa fermenta» (Mateo 13, 33). «¿Con qué ejemplo podría ilustrar el Reino de Dios? Es semejante a la levadura que tomó una mujer y la metió en tres medidas de harina hasta que fermentó toda la masa» (Lucas 13, 20-21).
La levadura que se usa para hacer pan se llama saccharomyces cerevisiae, un hongo que puede duplicar su volumen en hora y media y leuda la masa.
Bastan unos pocos gramos de levadura para una gran cantidad de masa... el poder de lo pequeño. Y de lo pequeño escondido, oculto, silencioso, transformando lo que le rodea, de modo irreversible. 
La levadura no es harina pero se integra a ella. Nadie ve la levadura, sino la masa. Pero sin levadura -aunque parezca que un puñadito es insignificante y no añade nada-, la masa no se expande, no crece. Sin levadura no hay pan, no hay alimento cotidiano.
Esta figura, que Jesús toma de escenas tan comunes en su entorno, es preciosa. La lógica del Reino es la del poder misterioso de Dios oculto en lo diminuto, en los "pequeños", lo que no se ve, los que parecen perderse en la masa... en los que actúan y todo lo transforman a su alrededor, pero en silencio, sin protagonismos rutilantes... los que hacen crecer el Reino siendo portadores de la gracia de Dios, la única que realmente transforma y genera alimento verdadero para tantos y tantos...


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