Ir al contenido principal

#228 Primera comunión... ¡Navidad!


Esta medalla me la regaló mi amiga Annie Calzia. Es de Salve Regina y tiene la imagen de la Sagrada Familia en el pesebre. Me la regaló el 16 de septiembre de 2017, el mismo día que mi sobrino Juan Cruz recibió por primera vez a Jesús Sacramentado en la iglesia de Dios Padre, en el santuario de Schoenstatt, de Florencio Varela (Argentina).
Ese día, el sacerdote que presidió la misa trazó en su sermón una hermosa relación entre el nacimiento de Jesús y la primera comunión. Habló de la encarnación, misterio de comunión con nuestra humanidad, y de cómo el Señor ha deseado desde la eternidad el día de venir a nacer en el pesebre del corazón de cada uno de nosotros... "¡Hoy es Navidad!", les dijo el sacerdote a los chicos, en quienes ese día Jesús Sacramentado nació verdaderamente. Les pidió varias veces que repitieran la fecha de ese día, para grabarla en la memoria del alma y para celebrarla luego, cada año, como se celebra la Navidad.
En cada comunión se actualiza el misterio de Belén. Ser pesebre pobre, humilde, para recibir y abrazar a nuestro Dios Niño, silencioso, pequeño, despojado de su gloria y majestad. Y llenarse de gratitud por vivir este "milagro de  amor", tal como cantaron ese día los chicos después de recibir su primera comunión.


"Jesús, aquí presente en forma real,
te pido un poco más de fe y de humildad.
Quisiera poder ser digno de compartir 
contigo el milagro más grande de amor.
Milagro de amor tan infinito 
en que tú, mi Dios, te has hecho 
tan pequeño y tan humilde para entrar en mi.
Milagro de amor tan infinito 
en que tú, mi Dios, te olvidas 
de tu gloria y de tu majestad por mi.
Y hoy vengo, lleno de alegría,
a recibirte en esta eucaristía.
Te doy gracias por llamarme a esta cena 
porque, aunque no soy digno,
visitas tú mi alma.
Milagro de amor tan infinito 
en que tú, mi Dios, te has hecho 
tan pequeño y tan humilde para entrar en mi.
Milagro de amor tan infinito 
en que tú, mi Dios, te olvidas 
de tu gloria y de tu majestad por mi.
Gracias, Señor,
por esta comunión".


(letra: María Constanza Fernández)




Comentarios

Entradas populares de este blog

#254 Un ajuar para el Niño

Este Niño precioso me lo regaló mi amiga Annie Calzia en julio de 2018. Lo trajo de Santiago de Chile y por eso acudí a Teresa de los Andes (1900-1920), carmelita chilena canonizada en 1993, para escribir estas líneas. En una de sus cartas a su prima Herminia Valdés Ossa, Teresa le da algunos consejos para vivir el tiempo de Adviento, que está a punto de empezar. "Prepárate para Navidad. Piensa todos los días en Jesús que, siendo Dios eterno, nace como un tierno Niño; siendo Todopode­roso, nace pobre, sin tener con qué resguardarse del frío. Necesita de su Madre para vivir, siendo Él la Vida", le escribe a su prima, a quien llamaba cariñosamente "Gordita". Y a continuación le hace una "lista" para que le prepare un "ajuar" al Niño Jesús: "Camisitas para abrigarlo: cinco actos de amor diarios y deseos de recibirlo en la Comunión. 'Jesús mío, ven a mi pobre corazón, que sólo desea latir por Ti'. Mantillas para envolverle sus pi...

#275 El pozo de Belén

Este pesebre me lo regaló en mayo de 2019 mi amiga Daniela Temelini. El nacimiento fue hecho por la hermana de Daniela, carmelita descalza del Monasterio Santa Teresa de Jesús, de Buenos Aires. Cuando lo vi, lo que más me llamó la atención fue un aljibe al costado del pesebre. ¿Qué hace un pozo de agua allí? Lo curioso es que en Belén no hay uno sino tres pozos de agua históricos, cisternas cavadas en la roca, a poca distancia de la iglesia de la Natividad. Son los pozos del rey David, asociados al episodio de los tres valientes soldados que irrumpen en el campamento de los filisteos para buscar agua, narrado en el segundo libro de Samuel y el primero de Crónicas: "Estos tres, los más valientes de los treinta, bajaron juntos donde David, a la caverna de Adulam, en el tiempo de la siega, mientras que una tropa de filisteos acampaba en el valle de Refaím. David estaba en el refugio y había en Belén una guarnición filistea. Se le antojó decir a David: '¡Cómo me gustaría be...

#277 En la barquilla

Este pesebre me lo regaló en octubre de 2019 mi amiga Paula Molinari. Lo trajo de Jujuy, en el noroeste de Argentina, y es una única pieza de cerámica, en estilo andino. Las figuras de José, María y el Niño están dentro de una canoa de totoras -o caballito de totora, como se la denomina popularmente-, una embarcación típica de los pueblos originarios del lago Titicaca, en la frontera entre Bolivia y Perú. ¿Qué hace el Niño Jesús durmiendo en una barca? Santa Teresa de Lisieux utilizaba muchas veces esta imagen para hablar de la silenciosa presencia de Jesús en su alma, a veces tan sigiloso que parece dormir, incluso en medio de la tempestad, como lo hizo en la barca de los apóstoles. En sus diversos escritos, Teresita habla muchas veces de sí misma como una barquilla, una navecilla, un "frágil esquife". Por fe, sabe que Jesús va en su barca, que es el "piloto divino" quien marca el rumbo de su vida y la conduce a la ribera deseada, aunque a veces la travesía no es...