Este Niño me lo regaló mi papá en diciembre de 2016. Fue comprado en la librería Nuestra Señora del Carmelo, de Buenos Aires.
Es un Niño pequeño, la cabecita de yeso pintado y el cuerpo todo envuelto en tela.
El pequeño Jesús tiene los ojos cerrados y parece dormir plácidamente.
"En tus manos encomiendo mi espíritu". Así dijo Jesús al Padre antes de morir en la Cruz. Pero seguramente no era la primera vez que le decía esto.
Estas palabras forman parte del Salmo 30 y la Liturgia de las Horas nos invita a hacerlas nuestras cada noche en la oración de Completas, la plegaria diaria antes de irnos a dormir.
Encomendarse en las manos de Dios Padre es oración de confianza, en especial en las horas de la noche, que representan la oscuridad, lo incierto y también la muerte.
Dormirnos sabiéndonos en las manos de Dios da paso a un descanso verdadero, de cuerpo, mente y alma.
En la oración de Completas se nos invita a repasar nuestro día, a pedir perdón por aquello en lo que hemos faltado a Dios y a nuestros hermanos, a perdonar si nos han herido, a ofrecer nuestras obras, a agradecer por la jornada que se nos ha concedido y por todas las gracias que en ella hemos recibido, a confiarnos en Dios y pedirle que nos conceda una noche tranquila y un buen descanso.
Es muy fácil encontrar en internet la oración de Completas de la Liturgia de las Horas para cada día del año.
Te invito a que esta noche, antes de apoyar la cabeza en la almohada, hagas esta oración y descanses así en las manos de Dios.
Antes de cerrar los ojos,
los labios y el corazón,
al final de la jornada,
¡buenas noches, Padre Dios!
Gracias por todas las gracias
que nos ha dado tu amor;
si muchas son nuestras deudas,
infinito es tu perdón.
Mañana te serviremos
en tu presencia, mejor.
A la sombra de tus alas,
Padre nuestro, abríganos.
Quédate junto a nosotros
y danos tu bendición.
Antes de cerrar los ojos,
los labios y el corazón,
al final de la jornada,
¡buenas noches, Padre Dios!
(Himno de Completas, Liturgia de las Horas)
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