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#139 Regazo


Esta pieza la compré en agosto de 2014 en la santería Santa María Novella, de Buenos Aires.
Es un pequeño disco de madera, para colgar, pintado a mano.
Se trata de una escena que infunde serenidad, paz. El pequeño Niño recién nacido, en la falda de su Madre, sentada sobre el heno del pesebre. Ambos parecen mirar a alguien, aunque no se ve a quién.
Lo sencillo y lo apacible de esta escena esconde un misterio enorme al que solo podemos asomarnos con ojos de fe: Dios en el regazo de una mujer.
Estremece pensar que el Creador eligió hacer experiencia de estar en el seno materno, en brazos de una mujer, ser alimentado y arrullado por ella, descansar en su regazo...
Quien nos señaló a nuestra Madre desde la Cruz lo hizo primero, sin palabras, desde el pesebre.
Desde la falda de María, Jesús nos invita a este regazo maternal, a dejarnos cobijar por María y a compartir este pedacito de Cielo con Él... ¡Aquí está nuestra Madre!
Dios mismo lo ha probado y vio que es bueno...
Ha hecho así experiencia de lo que Él mismo nos prodiga: un regazo en el que abandonarnos con plena confianza.
El niño en brazos de su madre no teme. Sabe que está protegido, que no le faltará calor, que será alimentado apenas tenga hambre, que su madre le está mirando atenta a sus necesidades, que lo llenará de mimos...
Un niño en el regazo de su madre lo tiene todo. No ambiciona nada simplemente porque se siente satisfecho.
Como reza el salmo 130: "Señor, mi corazón no es ambicioso, ni mis ojos altaneros; no pretendo grandezas que superan mi capacidad; sino que acallo y modero mis deseos, como un niño en brazos de su madre".
Es la paz verdadera que brota de saberse en manos de Quien todo lo puede y todo lo hará por nosotros.
Así se siente acurrucarse en el regazo de Dios y esperarlo todo de Él.
Así quiso el Padre que Jesús lo viviera en los brazos de María.
Así lo experimentó Jesús, que nos habla de un Padre providente y cariñoso a quien debemos acudir y en quien debemos confiar siempre y de una Madre a quien nos ha legado para que nos cuide como hijos.


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