La advocación de la Virgen del Socorro es antigua. Existen diferentes imágenes para este título mariano. Quizá la más conocida sea la del ícono bizantino de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro.
A Buenos Aires la advocación llegó en la segunda mitad del siglo XVIII desde España, donde había sido difundida por la orden de los agustinos, tras su popularización en Palermo (Sicilia, Italia).
Aunque las representaciones de la Virgen del Socorro son diversas, en la mayoría de ellas María lleva a Jesús en brazos, gesto que habla de sus cuidados maternales, su dedicación amorosa al Hijo, su atención permanente a las necesidades de Jesús...
Como dice esta oración: "¡Oh, Madre del Perpetuo Socorro, en cuyos brazos el mismo Niño Jesús parece buscar seguro refugio!".
La Virgen del Socorro es la Madre del pesebre, la Madre que mira atenta al Niño, que vela junto a Él, que está muy cerca de Jesús para procurarle todo lo que necesite.
Como dice esta oración: "¡Oh, Madre del Perpetuo Socorro, en cuyos brazos el mismo Niño Jesús parece buscar seguro refugio!".
La Virgen del Socorro es la Madre del pesebre, la Madre que mira atenta al Niño, que vela junto a Él, que está muy cerca de Jesús para procurarle todo lo que necesite.
Esta misma Madre es la que Jesús nos dio en la Cruz.
"Oh, Santa María, ayuda a los pobres,
da fuerza a los débiles,
consuela a los que lloran,
ruega por todos,
ruega por los sacerdotes,
intercede por las piadosas mujeres,
que sientan tu socorro
todos los que exaltan tu misericordia.
Recibe benignamente los deseos
de los que a Ti se encomiendan,
concede a todos lo que te piden.
Que sea tu cuidado pedir
por el Pueblo de Dios.
Tú, que mereciste, Virgen bendita,
llevar en tu seno al Redentor del mundo,
que vive y reina por los siglos de los
siglos. Amén".
Oración de San Agustín a la Virgen María
Te invito a mirarla cómo Jesús la mira desde este pesebre... para descubrir a quien siempre está dispuesta, atenta y muy cerca para socorrernos.
"Oh, Santa María, ayuda a los pobres,
da fuerza a los débiles,
consuela a los que lloran,
ruega por todos,
ruega por los sacerdotes,
intercede por las piadosas mujeres,
que sientan tu socorro
todos los que exaltan tu misericordia.
Recibe benignamente los deseos
de los que a Ti se encomiendan,
concede a todos lo que te piden.
Que sea tu cuidado pedir
por el Pueblo de Dios.
Tú, que mereciste, Virgen bendita,
llevar en tu seno al Redentor del mundo,
que vive y reina por los siglos de los
siglos. Amén".
Oración de San Agustín a la Virgen María
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