Este pesebre me lo regaló en mayo de 2015 Eduardo Molinari, un hermano de la parroquia, y es originario del noroeste de Argentina.
Tiene siete piezas y lo más llamativo es que las figuras de los pastores están ejecutando instrumentos musicales típicos de la zona andina.
Aunque no todos la escucharon, en Belén hubo música aquella noche santa en la que Jesús nació.
Primero los ángeles y luego los humildes pastores entonaron alabanzas por el nacimiento del Mesías.
La música siempre fue importante para el pueblo de Dios. Los salmos eran parte importantísima del culto, oraciones que se cantaban e, incluso, se bailaban.
Saber salmodiar, tocar con maestría, danzar con ritmo para alabar a Dios era considerado una virtud.
De uno que también nació en Belén, de David, que luego sería rey, se dijo como un elogio que era un "buen músico" (1 Samuel 16).
Los salmos no solo son música sino que hablan de la música como algo que, si es expresión de corazones sinceros, agrada a Dios: "Alaben al Señor, que la música es buena; nuestro Dios merece una alabanza armoniosa" (Salmo 146).
Son hermosos los testimonios de aquellos que, sintiéndose tocados por la misericordia de Dios, cantan, no pueden contener su alegría y su agradecimiento y cantan...
Canta el enamorado. El que se siente bendecido, amado...
Cantan en la intimidad con Dios y a coro con otros que comparten su camino.
Canta la esposa del Cantar a la belleza de su Amado. Y María a la grandeza de Dios en el Magnificat.
Y hubo música en Belén para recibir al Dios-con-nosotros...
No importa tanto la afinación de la voz o los acordes de los instrumentos sino lo que expresa el corazón.
Me gusta pensar que aquí estamos, al fin y al cabo, ensayando para el cielo... porque en la eternidad lo que haremos será cantar y ser alabanza de la gloria de Dios.
"Alabad al Señor en su templo,
alabadlo en su fuerte firmamento.
Alabadlo por sus obras magníficas,
alabadlo por su inmensa grandeza.
Alabadlo tocando trompetas,
alabadlo con arpas y cítaras,
Alabadlo con tambores y danzas,
alabadlo con trompas y flautas,
alabadlo con platillos sonoros,
alabadlo con platillos vibrantes.
Todo ser que alienta, alabe al Señor".
Salmo 150
"Entonen salmos, himnos y cantos inspirados, cantando y celebrando al Señor de todo corazón, dando gracias siempre y por cualquier motivo a Dios Padre, en nombre de nuestro Señor Jesucristo".
Efesios 5,19-20
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