Este pesebre me lo regaló en febrero de 2015 Mar Marín, que lo trajo de España, pero en realidad fue hecho en China.
Es una bola de cristal, con las figuras en estilo clásico de José, María y el Niño Jesús dentro. La baee, de resina, muestra una muralla, con una puerta cerrada -y otro portón, también cerrado, por detrás-, y los tres Reyes que traen sus regalos.
Al agitar la pieza, se mueve la purpurina dentro.
Este pesebre me parece estar inspirado en el salmo 147. Hay varios detalles de esa pieza que así me lo sugieren, como la puerta cerrada, la Bendición con mayúsculas -el Niño- que contiene dentro, el cristal que delinea una frontera inquebrantable, la purpurina azul plata que parece nieve, escarcha, hielo, lluvia, que cae del cielo...
"Glorifica al Señor, Jerusalén;
alaba a tu Dios, Sión:
que ha reforzado los cerrojos de tus puertas
y ha bendecido a tus hijos dentro de ti;
ha puesto paz en tus fronteras,
te sacia con flor de harina.
Él envía su mensaje a la tierra,
y su palabra corre veloz;
manda la nieve como lana,
esparce la escarcha como ceniza;
hace caer el hielo como migajas
y con el frío congela las aguas;
envía una orden, y se derriten;
sopla su aliento, y corren.
Anuncia su palabra a Jacob,
sus decretos y mandatos a Israel;
con ninguna nación obró así,
ni les dio a conocer sus mandatos".
Este salmo nos invita a alabar y dar gracias a Dios, que nos fortalece y nos da su paz... Que nos alimenta con "flor de harina", Jesús, el Pan vivo bajado del Cielo.
Es una invitación a maravillarnos ante el poder creador de la palabra del Padre... Y a reconocer en este Niño a la Palabra hecha carne y enviada a nosotros, Palabra que es aliento de Vida capaz de devolvernos a la calidez de la primavera y a la frescura de la corriente del Agua Viva...Te deseo que este salmo, que es Palabra de Dios, se haga vida en ti...
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