Este pequeño pesebre lo compré en el centro histórico de Lima, Perú, en noviembre de 2014.
Las figuras del pesebre están dentro de una florcita lila, un pimpollo, que es vida naciente, figura y testigo del nacimiento de la Vida.
Pimpollo es una flor a punto de abrirse o con los primeros pétalos desplegándose. Pero también es un término que se usa para nombrar al tallo incipiente que crece en una planta o a un árbol que recién empieza a desarrollarse.
Escribió fray Luis de León (1527-1591) que "Pimpollo" es el primer nombre dado a Cristo, en tanto flor, germen, brote, retoño, fruto.
Y se basa en citas de los profetas Isaías, Jeremías y Zacarías:
• "En aquel día el Pimpollo del Señor será en grande alteza, y el fruto de la tierra muy ensalzado" (Isaías 4,2).
• "Y haré que nazca a David un Pimpollo de justicia, y haré justicia y razón sobre la tierra" (Jeremías 33,15).
• "Yo haré venir a mi siervo el Pimpollo" (Zacarías 3,8).
• "Veis un varón cuyo nombre es Pimpollo" (Zacarías 6,12).
Si buscan estas citas en las traducciones actuales de la Biblia, verán que en vez de "pimpollo" aparecen "retoño" o "germen". Pero para fray Luis de León el sentido es el mismo.Uno de los aspectos más bellos de este nombre es que, tal como lo dice el profeta Zacarías, este "pimpollo", este "germen", no es un fruto que se acaba en Él mismo sino que da un descendencia que también germina, fructifica en torno de sí.
"Es fruto que dará mucho fruto, porque a la redonda de Él, esto es, en Él y de Él por todo cuanto se extiende la tierra, nacerán nobles y divinos frutos sin cuento, y este Pimpollo enriquecerá el mundo con pimpollos no vistos", afirma fray Luis de León en su libro "De los Nombres de Cristo".
Y así Isaías, deseando ya el nacimiento de este pimpollo, clamó a lo alto: "Cielos, destilen el rocío; nubes, derramen la victoria; ábrase la tierra y brote la salvación" (Isaías 45,8).
Explica fray Luis de León que Cristo se llama "Pimpollo" o "Fruto" también "porque todo aquello que es verdadero fruto en los hombres -fruto que merezca parecer ante Dios y ponerse en el cielo-, no sólo nace en ellos por virtud de este fruto, que es Jesucristo, sino en cierta manera también es el mismo Jesús" porque "todo el fruto bueno y de valor que mora y fructifica en los hombres es Cristo y de Cristo, en cuanto nace de Él".
Por eso, con este pequeño Niño, estamos llamados también a ser pimpollos y a dar fruto.
"Al Infante que tenemos,
¿cómo le llamaremos?
Pimpollo.
Pimpollo llama al nacido
el profeta Jeremías;
Zacarías e Isaías
le dan el mismo apellido.
Viénele muy apropiado,
pues brota con hermosura
de una planta hermosa y pura
tan lindo y tan agraciado.
¡Oh, qué Pimpollo glorioso,
tan fértil y tan hermoso!
Pues Pimpollo le nombremos".
Cecilia del Nacimiento (1570-1646), carmelita descalza.
Fragmento de "Letras sobre los nombres de Cristo".
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