Esta pieza me la regaló en noviembre de 2014 mi amiga Annie Calzia, que la compró en la santería del Santuario de Schoenstatt, de San Isidro (Argentina).
Es de cerámica y viene con un imán por detrás. Tiene pintado al Niño Jesús, envuelto en pañales, acostado en un pesebre, y la leyenda "hoy nos ha nacido el Salvador".
Es redonda como una brújula y me conecta con la búsqueda emprendida por los pastores de Judá apenas escuchar el anuncio del ángel: "Hoy les ha nacido en la ciudad de David el Salvador, el Mesías y Señor" (Lucas 2, 11).
Ciertamente eran gente sencilla, humilde... hombres de un resto fiel que esperaba en las promesas de su Dios. Y en una noche cualquiera, una más de sacrificado trabajo entre los rebaños, ¡se les anuncia la llegada del Mesías tan anhelado! A ellos, que se tendrían por nada... Pero, ¿dónde buscarlo?
Como pista, el ángel les dijo: "Esto les servirá de señal: encontrarán un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre".
¡Vaya brújula! ¿Qué harías si fueras uno de estos pastores? ¿Por dónde empezar? ¿Para dónde rumbear? Si parece como buscar una aguja en un pajar...
Pero aquellos pastores no dudaron del anuncio ni en moverse de donde estaban para salir a buscar. Se dijeron: "Crucemos hacia Belén, a ver lo que ha sucedido y nos ha comunicado el Señor". Y acota Lucas en su Evangelio que "fueron rápidamente" y que encontraron lo que buscaban "tal como se lo habían anunciado".
¡Qué mensaje alentador para nosotros, a quienes también se nos ha anunciado la Buena Noticia y se nos invita a buscar a Jesús!
Si no sabes por dónde buscarlo o te sientes medio perdido, acude a la Palabra, que será tu mejor brújula. Allí encontrarás innumerables pistas y coordenadas para tu búsqueda.
Búscalo en la Palabra... "La Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros" (Juan 1, 14).
Búscalo en la oración... "Donde hay dos o tres reunidos en mi nombre, yo estoy allí, en medio de ellos" (Mateo 18, 20).
Búscalo en el prójimo... "Les aseguro que lo que hayan hecho a uno solo de éstos, mis hermanos menores, me lo hicieron a mí" (Mateo 25,40).
Búscalo en el seguimiento... "¿Dónde vives? Vengan y vean" (Juan 1,39).
Búscalo en la Eucaristía... "Yo soy el pan de la vida" (Juan 6,35). "Mientras estaba con ellos a la mesa, tomó el pan, lo bendijo, lo partió y se lo dio. Entonces se les abrieron los ojos y lo reconocieron" (Lucas 24,30).
Búscalo en las llagas de su Cruz... "Miren mis manos y mis pies, soy yo mismo. Tóquenme y vean" (Lucas 24,39).
Búscalo junto a María... "Vieron al niño con su madre, María" (Mateo 2,11). "Se celebraba una boda en Caná de Galilea; allí estaba la madre de Jesús. También Jesús y sus discípulos estaban invitados" (Juan 2,1-2). "Junto a la cruz de Jesús estaban su madre" (Juan 19,25).
Búscalo en tu corazón... "Si alguien me ama cumplirá mi palabra, mi Padre lo amará, vendremos a él y habitaremos en él" (Juan 14,23).
No te desanimes, no dejes de buscarlo... Porque Él mismo nos prometió estar con nosotros "siempre, hasta el fin del mundo" (Mateo 28,20).
El día es hoy. No soy un ángel, pero te doy la Buena Noticia: nació para vos el Salvador. Toma la brújula en tu mano y sal a buscarlo.
Y recuerda, porque es su Palabra, que "quien busca, encuentra" (Mateo 7,8).
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