Este pesebre viene con forma de prendedor y me lo regaló en octubre de 2014 mi amiga Annie Calzia, que lo tenía hace bastante tiempo.
La pieza es de tamaño mediano, con un alfiler de gancho por detrás, para poder prenderlo a la ropa, y por delante presenta, bajo un fondo de rojo llamativo, la imagen de la Sagrada Familia con la leyenda "Jesús nació en mi corazón".
Me gusta la contundencia de la frase. No es una invitación, ni una petición o una expresión de deseos. Es una afirmación categórica, con toda la seguridad que encierra la experiencia vital de sentirse habitado por Dios. Saberse dueño de un corazón que no solo es morada sino que antes se ha convertido en cuna, pesebre, para Jesús.
Como dice una canción de Jesús Adrián Romero, "bienaventurado" quien posee un corazón así, capaz de acoger a este Rey con ojos de fe:
"Nadie se lo imaginó, que el Rey del mundo, el Salvador,
en un establo de Belén iba a nacer.
Todo fue tan diferente a cómo lo esperaban ver,
el Salvador en un pesebre, en vez de fuerte débil fue.
Fue como raíz en tierra seca,
como ver a un renuevo castigado por el sol.
Fue como una llama en la tormenta,
como ver solo una gota en el desierto descender.
Bienaventurado aquel que no halle en Él tropiezo,
que puede en Él creer sin distracción.
Bienaventurado aquel que puede recibirlo
y dar al Rey morada en su interior...
y en su corazón darle habitación".
La pieza es de tamaño mediano, con un alfiler de gancho por detrás, para poder prenderlo a la ropa, y por delante presenta, bajo un fondo de rojo llamativo, la imagen de la Sagrada Familia con la leyenda "Jesús nació en mi corazón".
Me gusta la contundencia de la frase. No es una invitación, ni una petición o una expresión de deseos. Es una afirmación categórica, con toda la seguridad que encierra la experiencia vital de sentirse habitado por Dios. Saberse dueño de un corazón que no solo es morada sino que antes se ha convertido en cuna, pesebre, para Jesús.
Como dice una canción de Jesús Adrián Romero, "bienaventurado" quien posee un corazón así, capaz de acoger a este Rey con ojos de fe:
"Nadie se lo imaginó, que el Rey del mundo, el Salvador,
en un establo de Belén iba a nacer.
Todo fue tan diferente a cómo lo esperaban ver,
el Salvador en un pesebre, en vez de fuerte débil fue.
Fue como raíz en tierra seca,
como ver a un renuevo castigado por el sol.
Fue como una llama en la tormenta,
como ver solo una gota en el desierto descender.
Bienaventurado aquel que no halle en Él tropiezo,
que puede en Él creer sin distracción.
Bienaventurado aquel que puede recibirlo
y dar al Rey morada en su interior...
y en su corazón darle habitación".
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