Una de las cosas más lindas de andar en El 60 a Belén es conocer a otras personas que también van en camino.
Una de ellas es Caty Obeid, nacida en Victoria (Entre Ríos, noreste de Argentina) y que actualmente vive en Rosario (Santa Fe).
Arquitecta de profesión, Caty tiene 73 años, es madre de tres hijas, tiene un nieto y posee un don creativo especial que sabe plasmar con belleza artística y espiritual en los pesebres.
Se puso en contacto para compartir un vídeo que realizó ella misma sobre el portal de Belén. Y ese primer mensaje abrió las puertas a un intercambio de correos electrónicos con el que descubrí a una mujer cuya riqueza interior se dona en los pesebres.
El vídeo (que puedes ver si pinchas aquí) está hecho con Photoshop, programa que Caty aprendió a utilizar en un curso hace cinco años.
"Lo primero que hice cuando terminó el curso fue un pesebre. Luego seguí. A mi me inspira mucha ternura el nacimiento de Jesús. En el 2011 hice una exposición en Victoria con éstas imágenes", cuenta Caty.
Cada imagen es creación propia, verdadero arte digital.
Todas las imágenes están engarzadas con música y un poema que Caty escribió en 2003:
En un portal de Belén nace el Niño Jesús
rodeado de María, su amorosa Madre, y José.
Están allí presentes varios animales también,
sin saber lo que sucede en sus balidos dicen "amén".
Avisados por el Ángel, egan los pastores a Él.
Azorados, se arrodillan, a ellos les cuesta creer.
"Gloria a Dios en las alturas...", el coro celestial canta por doquier,
"... y en la tierra paz a los hombres amados por Él".
De los reyes de Oriente una estrella guía es.
Baltasar, Melchor y Gaspar llegan a Belén.
Preguntan por el niño, el que acaba de nacer.
Con amor le ofrecen incienso, oro, miel.
En esta Navidad Jesús vuelve a nacer
si preparo mi portal y embellezco por dentro mi ser.
Mi corazón es cunita donde a Él recibiré.
Para poder acunarle mis latidos aceleraré.
Cargada de amor mi mirada le entregaré
para darle calor y cubrir toda su piel
Le regalaré un beso, se lo daré en los pies
para seguir sus huellas y así parecerme a Él.
María nos señala: "hagan lo que dice Él".
Para saber de qué nos abla el Evangelio, leeré.
Para preparar mi habitación, mis obras le entregaré.
Si al cielo merezco ir, su rostro contemplaré.
En esta Navidad Jesús vuelve a nacer
si preparo mi portal y embellezco por dentro mi ser.
Su amor por los pesebres viene desde hace años y, de hecho, mucho antes de descubrir la veta digital, Caty comenzó a hacer belenes en porcelana fría.
Descubrió esta técnica hace casi tres décadas y hasta dio cursos en San Nicolás y en Victoria.
Hace tres años atrás, en la capilla Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, de su ciudad natal, surgió un proyecto solidario navideño para armar cajas de regalo para familias de escasos recursos y Caty quiso sumarse con sus pesebres.
Así se armaron 42 cajas, cada una con alimentos, una oración para bendecir la mesa navideña, una carta con deseos de una feliz Navidad y un pesebre. Caty preparó con sus manos cada uno de los 42 nacimientos con la misma dedicación y amor.
"Yo quería colaborar. Me pareció que era la mejor forma hacer lo que sabía. Fue para mi muy placentero", cuenta Caty.
Los pesebres están hechos en porcelana fría con elementos que ofrece la naturaleza: cortezas, raíces, vainas, frutos de algarrobo, piñas...
Al año siguiente, Caty volvió a la capilla para enseñar su técnica para hacer pesebres. "Pensé que, en vez de regalárselos, era mejor que los aprendieran a hacer", contó.
Ahora Caty planea compartir su conocimiento con una amiga de Rosario sobreviviente de la catástrofe en agosto pasado por la voladura de un edificio por un escape de gas que afectó además a otras construcciones. Por el siniestro, los pesebres de su amiga quedaron entre los escombros...
Caty asegura que los pesebres le dan la "oportunidad de cumplir con aquel mandato que tiene cada bautizado: hacer conocer a todos que Dios se hace hombre y viene al mundo para salvarnos".
"Detenerse en el pesebre, es detener un poco esa marcha alocada que todos tenemos en nuestras vidas, es pensar cómo nace Jesús... Deseo que este milagro del nacimiento del Niño Jesús se renueve en nuestros corazones y vayamos, con humildad, como los pastores a su encuentro. Que no se cumpla en nosotros la palabra de Juan 1,11: 'Vino a los suyos y los suyos no lo recibieron'. Que la luz del arbolito no nos impida ver la verdadera Luz, que es Jesús", nos dice Caty.
Una de ellas es Caty Obeid, nacida en Victoria (Entre Ríos, noreste de Argentina) y que actualmente vive en Rosario (Santa Fe).
Arquitecta de profesión, Caty tiene 73 años, es madre de tres hijas, tiene un nieto y posee un don creativo especial que sabe plasmar con belleza artística y espiritual en los pesebres.
Se puso en contacto para compartir un vídeo que realizó ella misma sobre el portal de Belén. Y ese primer mensaje abrió las puertas a un intercambio de correos electrónicos con el que descubrí a una mujer cuya riqueza interior se dona en los pesebres.
El vídeo (que puedes ver si pinchas aquí) está hecho con Photoshop, programa que Caty aprendió a utilizar en un curso hace cinco años.
"Lo primero que hice cuando terminó el curso fue un pesebre. Luego seguí. A mi me inspira mucha ternura el nacimiento de Jesús. En el 2011 hice una exposición en Victoria con éstas imágenes", cuenta Caty.
Cada imagen es creación propia, verdadero arte digital.
Todas las imágenes están engarzadas con música y un poema que Caty escribió en 2003:
En un portal de Belén nace el Niño Jesús
rodeado de María, su amorosa Madre, y José.
Están allí presentes varios animales también,
sin saber lo que sucede en sus balidos dicen "amén".
Avisados por el Ángel, egan los pastores a Él.
Azorados, se arrodillan, a ellos les cuesta creer.
"Gloria a Dios en las alturas...", el coro celestial canta por doquier,
"... y en la tierra paz a los hombres amados por Él".
De los reyes de Oriente una estrella guía es.
Baltasar, Melchor y Gaspar llegan a Belén.
Preguntan por el niño, el que acaba de nacer.
Con amor le ofrecen incienso, oro, miel.
En esta Navidad Jesús vuelve a nacer
si preparo mi portal y embellezco por dentro mi ser.
Mi corazón es cunita donde a Él recibiré.
Para poder acunarle mis latidos aceleraré.
Cargada de amor mi mirada le entregaré
para darle calor y cubrir toda su piel
Le regalaré un beso, se lo daré en los pies
para seguir sus huellas y así parecerme a Él.
María nos señala: "hagan lo que dice Él".
Para saber de qué nos abla el Evangelio, leeré.
Para preparar mi habitación, mis obras le entregaré.
Si al cielo merezco ir, su rostro contemplaré.
En esta Navidad Jesús vuelve a nacer
si preparo mi portal y embellezco por dentro mi ser.
Su amor por los pesebres viene desde hace años y, de hecho, mucho antes de descubrir la veta digital, Caty comenzó a hacer belenes en porcelana fría.
Descubrió esta técnica hace casi tres décadas y hasta dio cursos en San Nicolás y en Victoria.
Hace tres años atrás, en la capilla Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, de su ciudad natal, surgió un proyecto solidario navideño para armar cajas de regalo para familias de escasos recursos y Caty quiso sumarse con sus pesebres.
Así se armaron 42 cajas, cada una con alimentos, una oración para bendecir la mesa navideña, una carta con deseos de una feliz Navidad y un pesebre. Caty preparó con sus manos cada uno de los 42 nacimientos con la misma dedicación y amor.
"Yo quería colaborar. Me pareció que era la mejor forma hacer lo que sabía. Fue para mi muy placentero", cuenta Caty.
Los pesebres están hechos en porcelana fría con elementos que ofrece la naturaleza: cortezas, raíces, vainas, frutos de algarrobo, piñas...
Al año siguiente, Caty volvió a la capilla para enseñar su técnica para hacer pesebres. "Pensé que, en vez de regalárselos, era mejor que los aprendieran a hacer", contó.
Ahora Caty planea compartir su conocimiento con una amiga de Rosario sobreviviente de la catástrofe en agosto pasado por la voladura de un edificio por un escape de gas que afectó además a otras construcciones. Por el siniestro, los pesebres de su amiga quedaron entre los escombros...
Caty asegura que los pesebres le dan la "oportunidad de cumplir con aquel mandato que tiene cada bautizado: hacer conocer a todos que Dios se hace hombre y viene al mundo para salvarnos".
"Detenerse en el pesebre, es detener un poco esa marcha alocada que todos tenemos en nuestras vidas, es pensar cómo nace Jesús... Deseo que este milagro del nacimiento del Niño Jesús se renueve en nuestros corazones y vayamos, con humildad, como los pastores a su encuentro. Que no se cumpla en nosotros la palabra de Juan 1,11: 'Vino a los suyos y los suyos no lo recibieron'. Que la luz del arbolito no nos impida ver la verdadera Luz, que es Jesús", nos dice Caty.
Son muy creativos los pesebres de Caty y trasuntan la humildad de nuestro Salvador.
ResponderEliminar¡Es cierto! ¡Qué don grande el poder plasmar con arte toda la belleza que encierra el nacimiento de Jesús!
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