Este pesebre me lo regaló en noviembre de 2018 mi amiga Daniela Temelini. El nacimiento tiene las figuras de Jesús, María y José, con unos rostros llenos de dulzura, montadas sobre un trozo de corteza de árbol y fue hecho por la hermana de Daniela, carmelita descalza del Monasterio Santa Teresa de Jesús, de Buenos Aires. Como es mi primer pesebre auténticamente carmelitano me pareció que estas líneas se las debía dedicar a santa Teresa, varias veces citada en este blog, y a su amor por el Niño Jesús. Cuenta la tradición que un día la santa vio a un precioso niño en la escalera principal del Monasterio de la Encarnación, en Ávila. Sorprendida por ver a un niño dentro de la clausura, le preguntó:: "¿Y tú quién eres?". El niño le replicó con igual pregunta: "¿Y quién eres tú?". La santa respondió: "Yo, Teresa de Jesús". Y el niño, sonriente, le contestó: "¡Pues yo soy Jesús de Teresa!". Esta deliciosa anécdota no quedó consignada por Teresa en
«Vayamos hasta Belén y veamos lo que ha sucedido» (Lc 2, 15).