Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de agosto, 2018

#248 Llanquihue

Este pesebre, hecho con tela y madera, lo compré en mayo de 2018 en Puerto Varas, una ciudad del sur de Chile situada a orillas del lago Llanquihue. La palabra "Llanquihue" proviene del mapudungun y significa "lugar profundo", en alusión a la gran profundidad de las aguas de este lago, que llega hasta los 317 metros. Usualmente "ubicamos" a Dios en lo alto, el cielo, las cumbres... pero en la Biblia también hay alusiones a la presencia de Dios en las profundidades, los abismos, las simas del mundo... "Si escalo el cielo, allí estás tú; si me acuesto en el abismo, allí te encuentro" (Salmo 139). "Porque el Señor es un Dios grande,soberano de todos los dioses: tiene en su mano las simas de la tierra" (salmo 95). "Bendito seas Tú, que sondeas los abismos" (Daniel 3, 55). Dios habita también en nuestras profundidades, en lo más hondo de nuestra interioridad, en lo más íntimo de nuestro corazón, en la morada más secreta de nu

Niño invitado #64: Niño de la Sabiduría

Esta foto la tomé en abril de 2018 en la Basílica del Santísimo Rosario del convento de Santo Domingo, en Lima, Perú. Es el Niño de la Sabiduría, imagen que forma parte del altar lateral dedicado al Sagrado Corazón de Jesús. La figura es encantadora: un Niño Rey, que en sus manos tiene "la Sagrada mini Biblia". Jesús, la Palabra encarnada, es, como nos dice san Pablo, "sabiduría de Dios" (1 Corintios 1, 24). Como Sabiduría también invocamos en el Adviento a Jesús, próximo a nacer, cuando cantamos cada 17 de diciembre la primera de las llamadas "Antífonas de la O": "Oh Sabiduría, que brotaste de los labios del Altísimo, abarcando del uno al otro confín y ordenándolo todo con firmeza y suavidad, ¡ven y muéstranos el camino de la salvación!". Es una oración preciosa, con la que llamamos a Jesús con el nombre de Sabiduría, reconocemos la grandeza divina en un Niño, lo invocamos como nuestro Salvador y nos admiramos de todo el misterio que ello

#247 Kero

Este pesebre lo compré en Lima, Perú, en abril de 2018. Las figuras de la Sagrada Familia son de estilo ayacuchano y están insertas en un kero, un vaso ceremonial utilizado por la cultura chimú y luego adoptado por los incas para beber alcohol o chicha fermentada. Este kero de cerámica, con la representación del pequeño Jesús, me recordó a nuestros propios vasos sagrados, en particular al cáliz, y, apenas lo vi por primera vez, me vino a la memoria este versículo del salmo 115: "¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho? Alzaré la copa de la salvación, invocando su nombre". Ese alzar la copa es un "sacrificio de alabanza" en gratitud al don de la vida, de la libertad y de todas las demás gracias recibidas de Dios. El salmo 115 forma parre de los denominados salmos Hallel (alabanza), himnos que los judíos cantaban cada año en la comida de Pascua para agradecer a Dios por la liberación de la esclavitud en Egipto. Pero en esa cena, llamada Seder, no solo

Niño invitado #63: Doctorcito Jesús

Esta foto la tomé en abril de 2018 en la preciosa Basílica de San Francisco, en Lima, Perú. Es la imagen del Niño Jesús Doctorcito y puedo dar fe de la devoción que le tienen los limeños pues en el rato que estuve allí de visita no cesaron de acercarse, especialmente niños y ancianos, para rezar ante ella con sencilla piedad. Es peculiar la imagen: el Niño, con algunos juguetes, sentadito en un trono, vestido como médico, con ambo y zapatos blancos, y un estetoscopio. Jesús, que curaba a los enfermos, corporal y espiritualmente, se llamó a sí mismo médico: "No es la gente sana la que necesita médico, sino los enfermos. No he venido a llamar a justos, sino a pecadores" (Marcos 2, 17). La imagen de Jesús como médico es preciosa. El médico -al menos el médico ideal- no solo sabe cómo restaurar la salud, sino tambiñen proteger y sostener toda vida. Ha de interesarse por su paciente como persona, en forma íntegra, y no solo por una parte de su cuerpo. Genera un vínculo de co