Este pesebre me lo regaló en enero pasado mi amiga María Paulina Rodríguez Huertas. Lo trajo de Granada, España, pero es de estilo andino, con la escena del nacimiento enmarcada en un corazón. Dice Jesús que "donde está tu tesoro, allí estará también tu corazón" (Mateo 6, 21). Pero, ¿dónde está su propio Corazón, el de Jesús? ¿cuál es su tesoro, aquel "tesoro escondido" que le mueve a "vender todo lo que tiene" para comprarlo? Ese tesoro donde esta el Corazón de Dios eres tú, soy yo... es cada hombre por el cual Dios, el gran Enamorado, es capaz de dar todo lo que tiene. Solo el Padre Enamorado es capaz de darnos a su Hijo muy amado para salvarnos. Solo el Hijo Enamorado es capaz de despojarse de su rango para venir a abrazarnos en nuestra humanidad y darse a si mismo totalmente. Solo el Espíritu Enamorado es capaz de hacer morada en nosotros. Le robamos el corazón a Dios como la Amada le robó el corazón a su Amado en el Cantar de los Cantares: "¡
«Vayamos hasta Belén y veamos lo que ha sucedido» (Lc 2, 15).