Esta foto la tomé en septiembre de 2019 en la parroquia Santa María, en Almagro, Buenos Aires. Corresponde a un mural inaugurado en junio de 2019 en una de las paredes de la sala del cinerario parroquial. Es un sitio muy especial. Las personas acuden allí a rezar por sus seres queridos fallecidos. Y a no pocos les llama la atención que, en un espacio donde se piensa a menudo en la idea del fin de esta vida, haya un elemento que nos haga reparar en el inicio de la vida, como lo es una escena de nacimiento, y en la Vida verdadera, que es y que nos da Jesús. Unas palabras, escritas por el padre Alberto Sorace, párroco de Santa María, justifican la elección de esta imagen: "Muchos se preguntarán por qué un pesebre en el cinerario, y el motivo es simple. Considero que el cinerario es un espacio de vida. Jesús nació y se hizo hombre para que podamos alcanzar la resurrección; sin la navidad, nada sería posible. Todo comenzó en Belén y continúa con la cruz y resurrección". Tamb
«Vayamos hasta Belén y veamos lo que ha sucedido» (Lc 2, 15).