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Mostrando entradas de marzo, 2016

Niño invitado #34: La mirada del Resucitado

Este Niño está en uno de los altares laterales de la Basílica de Santo Domingo, de Buenos Aires. Lo elegí para este Domingo de Pascua porque su figura inocente, revestida de blancura y con el cayado de la Cruz victoriosa, me habla de Jesús Resucitado. Pero más me dicen de su resurrección esos sus ojos, llenos de vida, de ternura, de paz, de misericordia... Pupilas de brillo delicado en las que se dibuja la Vida verdadera por Él conquistada y por Él dada... ¡Qué en esta Pascua nos descubramos vivos en la mirada del Resucitado! "La muerte ha madurado de ternura tu rostro, luz de Dios, semblante humano; el paso por la Cruz ha embellecido tus ojos, tus mejillas y tus labios. Y ahí estás, Jesús, para mirarte, del Padre y del Amor icono exacto; mirarte es comunión y paraíso, perdidos en tu faz, por ti mirados. Tu imagen es presencia y sacramento, el don total de Dios en ti donado; tu frente es el reflejo del Espíritu, tus ojos son el Padre remansado.

Niño invitado #33: Voluntariamente aceptada

Esta imagen está en mi parroquia, San Carlos y Basílica de María Auxiliadora, de Buenos Aires. Y cada vez que la contemplo me vienen siempre las mismas dos palabras: "voluntariamente aceptada". El Niño Jesús, muy pequeñito, abre sus brazos en cruz y se apoya sobre el madero. Libremente... No está clavado, ni atado. Hasta me da la impresión de que está en puntas de pie, como queriendo alcanzar la Cruz... Nada parece obligarle... Y su rostro... inocente, sereno, manso... revela su íntima comunicación con el Padre. Unas de las palabras que más me estremecen de la consagración eucarística son, precisamente, las que se refieren a la "pasión voluntariamente aceptada": la libertad para amar al Padre y amarnos a nosotros hasta el "extremo", el extremo de darse a sí mismo, dar su vida entera, hasta la muerte y muerte de Cruz, por nuestra salvación. "Nadie me quita la vida, yo la doy voluntariamente" (Juan 10, 18). ¡Estas palabras son impactantes! P

#191 Tú eres Rey

Este señalador imantado me lo regaló en diciembre de 2015 mamá, quien lo compró en una librería de Buenos Aires. En la imagen se puede ver a los magos -sabios- de Oriente, arrodillados, ofreciendo sus dones y adorando al rey que buscaban... Bien podrían ser ellos los que dicen la frase impresa abajo de la imagen: "Niño Jesús, Tú eres el rey de la paz". Pero, ¿qué es lo que les permite reconocer como rey a este niño, débil, pobre, nacido en un contexto despojado de todo signo de realeza? Para tomar la foto del señalador, elegí la página del Evangelio según san Juan en la que Jesús es llevado en su Pasión al pretorio para ser interrogado por Pilato sobre su condición de rey: "Entró de nuevo Pilato en el pretorio, llamó a Jesús y le preguntó: —¿Eres tú el rey de los judíos? Jesús respondió: —¿Eso lo preguntas por tu cuenta o porque te lo han dicho otros de mí? Pilato respondió: —¡Ni que yo fuera judío! Tu nación y los sumos sacerdotes te han entregado a mí. ¿Qué has he