Este pesebre me lo regaló mi mamá en diciembre de 2018. Está hecho en cuero y madera, repujado y pintado a mano. Es como un imán ver al Niño Jesús con sus brazos abiertos, que nos mira de frente, como invitando a acercarnos con confianza y a abrazarnos a su Corazoncito expuesto... Es una mirada de amor misericordioso. Así nos mira Jesús a Corazón abierto... En octubre de 1895, Mauricio Bellière, un joven seminarista francés que se prepara para ser misionero, se hermana espiritualmente a santa Teresita del Niño Jesús al confiarse a sus oraciones. En una de sus cartas a la joven carmelita, Bellière le confiesa que a él le "ha convertido el Sagrado Corazón, después de muchas necedades y cobardías". Ante esta revelación, Teresa comprende bien que esa conversión no es fruto de una simple devoción sino de un encuentro personal y con el Corazón vivo de Jesús: "Agradezco a Jesús que lo haya mirado con una mirada de amor como en otro tiempo miró al joven del Evangelio&qu
«Vayamos hasta Belén y veamos lo que ha sucedido» (Lc 2, 15).