Este pesebre me lo regalaron en febrero de 2014 y está hecho a mano, en papel y tela, por enfermos de la casa Buen Samaritano, de Cochabamba, Bolivia. Está diseñado como una tarjeta navideña. La inscripción arriba del pesebre dice "Navidad campesina". La figura de la Sagrada Familia está calada y así afloran retazos de aguayo, un tipo de tejido típico de los pueblos andinos. El aguayo se caracteriza por las rayas de colores contrastantes y es utilizado en diversas prendas. Para la Navidad, existe en Bolivia la costumbre de vestir al Niño Jesús con ropita típica de los Andes hecha en aguayo. Es muy usual que las madres carguen a sus bebés en sus espaldas envueltos en una manta de este tipo de tejido. Leí por ahí que el aguayo es como la "cuna de los indígenas", hermosa imagen para pensar que Jesús, envuelto en esta tela colorida, se hace uno con nosotros, arropado por el calor maternal del Creador. Como dice esta bella oración, qué distinta se saborea la vi
«Vayamos hasta Belén y veamos lo que ha sucedido» (Lc 2, 15).