Este pesebre me lo regaló mi papá en la Navidad de 2017. Lo compró en la tienda Nuestra Señora del Carmelo, de Buenos Aires. Está hecho en resina y es la figura de un ángel que, en su interior, contiene la escena de los tres Magos de Oriente adorando al Niño. La figura representa un anuncio: la trompeta es el medio y el mensaje es a la vez comunicación de la buena noticia de Jesús e invitación a encontrarse con Él. La historia del Pueblo de Dios está atravesada por anuncios, en boca de profetas y ángeles de Dios. Hasta que la Palabra misma se vuelve mensaje y mensajero en Jesús: "El espíritu del Señor está sobre mí, porque el Señor me ha ungido. Él me envió a llevar la buena noticia a los pobres" (Isaías 61; Lucas 4). "Buena noticia" es "anuncio alegre", "evangelio". Esta "buena noticia", que es Jesús mismo, resulta desbordante, incontenible... es tan grande, poderosa y transformante que no puede ser acallada, guardada, escon
«Vayamos hasta Belén y veamos lo que ha sucedido» (Lc 2, 15).