Este pesebre me lo regaló mi amigo y compañero de trabajo Claudio Rodríguez en agosto de 2017. Lo vio en una feria a beneficio de Cáritas en la parroquia El Buen Pastor, de Buenos Aires, y me lo trajo. Es realmente muy hermoso el diseño estilizado de las piezas, hechas en metal. Destaca la figura de la estrella, por la forma, pero a mi, de entrada, la que más me llamó la atención es la de ese niño que sostiene una vela en su mano derecha. No puedo dar razón de esto, pero lo primero que se me vino a la cabeza al observarlo es Samuel, el profeta. Luego observé con lupa la figura: no es un ángel, no es un pastor. Es un niño. Y otra vez esta idea: es Samuel. Pensé que el profeta Samuel, que vivió como once siglos antes que Jesús, bien hubiera querido estar en el pesebre. Y recordé esas palabras que diría el propio Jesús: "Les aseguro que muchos profetas y justos desearon ver lo que ustedes ven, y no lo vieron; oír lo que ustedes oyen, y no lo oyeron" (Mateo 13,17). Intu
«Vayamos hasta Belén y veamos lo que ha sucedido» (Lc 2, 15).