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#129 Aguayo

Este pesebre me lo regalaron en febrero de 2014 y está hecho a mano, en papel y tela, por enfermos de la casa Buen Samaritano, de Cochabamba, Bolivia.
Está diseñado como una tarjeta navideña. La inscripción arriba del pesebre dice "Navidad campesina".
La figura de la Sagrada Familia está calada y así afloran retazos de aguayo, un tipo de tejido típico de los pueblos andinos.
El aguayo se caracteriza por las rayas de colores contrastantes y es utilizado en diversas prendas.




Para la Navidad, existe en Bolivia la costumbre de vestir al Niño Jesús con ropita típica de los Andes hecha en aguayo.
Es muy usual que las madres carguen a sus bebés en sus espaldas envueltos en una manta de este tipo de tejido.
Leí por ahí que el aguayo es como la "cuna de los indígenas", hermosa imagen para pensar que Jesús, envuelto en esta tela colorida, se hace uno con nosotros, arropado por el calor maternal del Creador.

Como dice esta bella oración, qué distinta se saborea la vida desde las espaldas protectoras del Señor y muy pegados a su corazón:

"Ponme en tu aguayo, Señor, lleváme contigo.
Quiero caminar contigo al modo de los hombres
sin dejar de sentir tu paso entre la hierba fresca.
Veo desde tu espalda la vida de mis hermanos
y no me dejo asustar por el viento que pasa.
La tierra se abre cuando vamos juntos
mientras el sol tiñe sus colores en el agua.
Ponme, Señor, entre esas hebras sagradas
que saben de mis sueños y mis esperanzas.
Ve que el trigal aguarda que lo toques con tus manos
y que el campo nos espera con sus flores de lavanda.
Ven, vayamos juntos a cosechar las manzanas,
contigo son jugosas las peras y el maíz no se acaba.
En tu aguayo hago míos tus latidos
y los míos con los tuyos se entrelazan.
A tu lado, Señor, respiro tu aliento que me regalas.
Siempre me quedo contigo, junto al calor de tu espalda."



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