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Mostrando entradas de abril, 2017

#216 Campana de cristal

Este pesebre me lo regalaron en febrero de 2017 las encantadoras Teresa y Susana Gargiulo, dueñas de " la casa del pesebre ". Es una campanita de cristal que dentro tiene las figuras en peltre de María, José y el Niño en el pesebre. Dice santa Teresa de Jesús, en " Las Moradas ", que el alma es un castillo interior de muy claro cristal. Lo expresa de ese modo, con esa imagen, para invitarnos a entrar en nuestra interioridad, nuestro más profundo ser, e iniciar así un itinerario que conduce al encuentro de amistad, de intimidad, con Dios, que nos habita. La puerta de entrada a este castillo es la oración. Ése es el primer paso, franquear nuestra propia exterioridad y adentrarnos en una aventura inimaginable. Seguramente hay muchos que tienen temor de entrar en su propio castillo interior, miedo a alzar la mirada y encontrarse con viejas heridas, dolores profundos, equivocaciones, debilidades, faltas... El itinerario que propone Teresa no esquiva este encuentro c

#215 Casita de fósforos

Este pesebre, dentro de una cajita de fósforos, me lo regaló mi amiga Sofía Terrile en diciembre de 2016. Fue hecho en Perú, pero comprado en Niza, en el sur de Francia. Cuando buscaba una relación entre los fósforos y Dios encontré que a veces, a modo de recurso para la catequesis, se ha utilizado la figura de tres fósforos encendidos como analogía para hablar de la Santísima Trinidad. Si tomamos tres fósforos, los juntamos y los encendemos, arderán en una sola y misma llama, aunque distingamos tres cerillas. Es una imagen que puede ayudar a acercarnos un poco al misterio de la Trinidad: un solo Dios en tres personas. El trinitario es un misterio de fe muy grande, insondable... ¡Cuánto más sobrepasa nuestro entendimiento la idea de estar habitados por la Trinidad! ¿Puede realmente la Trinidad infinita habitar en nuestro pobre y limitado corazón? Este pesebre, a su modo, me susurra que sí: en una cajita frágil, pequeña, de pobre cartón, se esconde Dios... Hay alguien

#214 Una almohada para el Niño mendigo

Este pesebre me lo regaló mi papá para la Navidad de 2016. Fue comprado en la librería de Nuestra Señora del Carmelo, en Buenos Aires, elaborado por el taller MSF y es como un pequeño almohadón de tela, para colgar, que tiene estampada la escena del Nacimiento. El pequeño Jesús, que nació pobre en un pesebre, que no tuvo donde recostar su cabeza, el mismo que, agotado del trajín de la misión, se quedó dormido sobre el cabezal de una barca en plena tormenta, pide... ¡una almohada! Para la Navidad de 1895, a santa Teresa del Niño Jesús se le ocurre crear una "dinámica" para el momento de recreación en el Carmelo de Lisieux. La titula " El Pequeño Divino Mendigo de Navidad " y la representación se inicia con un ángel que trae al Niño Jesús en brazos. El pequeño se ha hecho pobre y necesitado, pero en el mundo no ha encontrado más que indiferencia. Anda mendigando amor, pero como es tan pequeño para poder hablar, el ángel hace de portavoz: "!Oh conmovedor miste