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Mostrando entradas de 2015

#185 Bajo las alas de Dios

Este pesebre, de una sola pieza, lo compré en Buenos Aires en diciembre de 2015. Un par de alas cobija el nacimiento de Jesús, signo del amor de Dios Padre. En los salmos aparece varias veces esta figura, la de las alas de Dios, para expresar la protección, el refugio, el amparo que prodiga Dios. "Guárdame como a la niña de los ojos, a la sombra de tus alas escóndeme de los malvados que me asaltan, del enemigo mortal que me acorrala" (Salmo 17). "Piedad de mí, oh Dios, piedad, que me refugio en ti; me refugio a la sombra de tus alas, hasta que pasa la calamidad" (Salmo 57). "Te cubrirá con sus plumas, y bajo sus alas te refugiarás" (Salmo 91). Esas alas no solo son un escondite en el que refugiarse, una barrera de protección ante el mal. Son también casa, "tienda de Dios", calor de hogar que nos hace pedir: "Quiero hospedarme siempre en tu tienda, refugiado al amparo de tus alas" (Salmo 61). Y en ese hogar de las alas de Dios que no

#184 El sueño del Niño Jesús

Este Niño, uno de los más preciosos que he visto, me lo regaló en diciembre de 2015 Eduardo Molinari, un hermano de la parroquia. Contemplar esta figura da mucha serenidad: Jesús descansa plácidamente, nada parece turbarlo. Todo en su rostro habla de reposo. En esta época de tanta agitación y ajetreo... ¡¿quién pudiera dormir así?! Sin embargo, en este sueño de Jesús hay algo misterioso... tan misterioso como su condición de verdadero Dios y verdadero Hombre: ¿Cómo, siendo Dios, duerme? ¿Cómo, siendo Hombre, vela? "Tu guardián no duerme, no duerme ni reposa", dice el salmista sobre Dios (Salmo 120, 3-4). Dios no nos saca los ojos de encima, ni para dormir. Nos cuida siempre. ¿Qué hace entonces Jesús durmiendo? Meditando sobre el sueño de Jesús en el pesebre, san Alfonso María de Ligorio dice que el descanso del Niño fue muchas veces interrumpido por la dureza de aquella "camita excesivamente dura y molesta" y por el rigor del frío que reinaba en la gruta de Bel

Pesebre invitado #32: El "taxi-pesebre"

Como la estrella guió a los magos hasta la gruta de Belén, así un cartel luminoso con la leyenda "libre" deja ver con su resplandor dónde está el pesebre "con más calle" de Buenos Aires. Desde hace unos veinte años Héctor Coquibus arma cada 8 de diciembre un nacimiento sobre la luneta delantera de su taxi. Y así sale a trabajar, unas doce horas diarias detrás del volante, que, pese al cansancio, asegura que le reportan felicidad. Hasta el 8 de enero, cuando desarma el pesebre con algo de pena, Héctor recorre las calles de Buenos Aires -unos 200 kilómetros diarios- junto a Jesús, María y José. También lleva a la vista figuras clásicas de los reyes magos, los pastores y algunos animales. Y no le faltan los árboles de Navidad, uno dentro del coche y otro afuera, sobre el techo. "Algunos, muy fantáticos, me retan porque no le tapo la cara al Niño antes del 25 de diciembre. Me dicen: 'todavía no nació el Niño Dios'. Yo soy un adelantado, para mí ya naci

Pesebre invitado #31: A la sombra del arbolito

Analía trabaja en el colegio María Auxiliadora de la ciudad argentina de Puerto Santa Cruz, en el sur del país. Al finalizar el año escolar, la directora del nivel primario le regaló un pesebre a los integrantes de la comunidad educativa y Analía lo colocó en un lugar especial. "Recibirlo fue un detalle de alegría y gozo. Lo coloqué a la sombra del arbolito de Navidad, regalo de mi hermano Daniel y que elaboró artesanalmente en la escuela especial. Desde allí me acompañan durante las horas de trabajo que cubro en la portería del colegio", cuenta Analía. Para ella, tanto el pesebre como el arbolito "condensan afectos, recuerdos, sentimientos... y multiplican las fuerzas en la tarea cotidiana". ¡Gracias por compartirlo, Analía!

#183 Un belén de Belén

Este pesebre me lo regaló en noviembre de 2015 mi amiga y colega Aldana Vales. Es una campana con las figuras de la Sagrada Familia hecha con madera de olivo. La compró en Nueva York, en la catedral de San Patricio, pero su etiqueta revela su verdadero origen, uno muy significativo: Belén, Ribera Occidental, Palestina. Esto lo convierte en mi primer belén de Belén. En esta pequeña aldea, situada a unos pocos kilómetros de Jerusalén, nació Jesús. También es la tierra natal del rey David y el sitio donde Jacob enterró a Raquel. Pero es en el libro de Rut donde se llama a Belén "casa de pan", una historia bellísima, breve -apenas cuatro capítulos cortos- pero que ofrece mucho de sí para quien en esta vida se resuelva a peregrinar espiritualmente adonde Dios nace. Rut desconocía Belén. De hecho, no era judía, sino que habitaba en la tierra de Moab. Hasta allí habían llegado, huyendo de la sequía y el hambre en Belén, Elimélec, su esposa, Noemí, y sus dos hijos, Majlón y Qui

#182 De la montaña al llano

Este pesebre me lo regaló en noviembre de 2015 Eduardo Molinari, un hermano de la parroquia, y es originario la provincia de Jujuy, en el noroeste de Argentina. Es una pequeña vasija de barro que tiene dentro las figuras de José, María y Jesús, de estilo andino. Al fondo se recortan sobre el cielo azul unos altos picos nevados: los majestuosos Andes, que también atraviesan Jujuy. Montes, cumbres, cimas... en lo más alto está Dios. "Levanto mis ojos a los montes: ¿de dónde me vendrá el auxilio?", se pregunta el peregrino, buscando una respuesta en las alturas (Salmo 121). Pero, "¿quién puede subir al monte del Señor?", se pregunta el rey David (Samo 24). Dios parece estar demasiado alto para nuestra pequeñez... El camino de subida desafía nuestras fuerzas limitadas, nuestras capacidades insuficientes... y llenos de agobio clamamos con el mismo David: "¡Señor, inclina tus cielos y desciende!" (Salmo 144). Pero te pido ahora que vuelvas a observar con ate

#181 Fanal

Este pesebre lo compré en octubre de 2015 en una tienda de productos decorativos de madera para pintar, en Buenos Aires. Es un fanal de madera y la figura del nacimiento está calada por los cuatro lados. Con una vela encendida dentro, la luz se proyecta a través del pesebre. Es una pieza sencillísima, pero el efecto que produce me parece una de las mejores metáforas para resumir el misterio de la Encarnación. Dios es Luz. "Señor Dios mío ¡qué grande eres! Te revistes de belleza y esplendor. Te vistes de luz como de un manto", canta poéticamente el salmo 104. Impacta las muchas veces que en el Antiguo Testamento se habla de la luz divina, del resplandor de Dios que atrae y orienta. Y, al mismo tiempo, impone un reverente temor, el de morir por ver la luz de Dios. Hay escenas de Moisés y Elías cubriéndose el rostro ante la presencia de Dios... Impacta más que Dios, siendo esta Luz de gloria a la que nadie se atrevía a mirar de frente, haya querido venir a nosotros, no par

#180 Pupilas dilatadas

Este pesebre me lo regaló en octubre de 2015 Eduardo Molinari, un hermano de la parroquia, y es originario la provincia de Jujuy, en el noroeste de Argentina. Tiene doce pequeñas piezas, muy coloridas, y lo primero que llama la atención son los ojos de las figuras.Dicen que en la noche las pupilas se dilatan para así absorber al máximo la poca luz disponible que permita ver algo en las sombras... Y en aquella noche de Belén hubo muchas pupilas dilatadas de tanto buscar en la oscuridad a ver si despuntaba el Alba... como buscando rastrear el primer rayito de ese Sol nacido de lo alto. Y así llegó el Niño y se encontró con tantos ojos de aspecto asombrado. Pupilas dilatadas hasta no poder más para recibir por doquier la Luz del mundo. ¡Qué miradas las de María y José, las de los pastores y los Magos, habitadas por el Sol! Dicen que los ojos son el reflejo del alma... y hay miradas que dejan ver cuán hondo se ha impreso la Luz de Dios... ¿Qué dicen tus ojos? "Cuando tú me miraba

Pesebre invitado #30: Bendición

Este Niño está en la iglesia Nuestra Señora de Itatí, de Buenos Aires. La foto la tomé en septiembre de 2015. El Niño está dentro de una caja de vidrio, que sobresale de una de las paredes laterales, ingresando, a la derecha. No está muy alta, de modo que uno hasta se puede inclinar para mirar un poco más de cerca la figura del pequeño Jesús, que está acostado y, con su mano derecha, hace un gesto de bendición. Algunos podrán recordarse a sí mismos, niños, recibiendo la bendición por parte de padres o abuelos. O harán experiencia de ser bendecidos por el sacerdote desde el altar, estando con la cabeza inclinada o incluso de rodillas... En todas estas ocasiones, casi siempre, la mano que nos bendice está por sobre nosotros; las menos, a nuestra misma altura; y casi nunca, más abajo que nuestra cabeza. Y sin embargo aquí el Niño nos bendice desde su cuna, de "abajo para arriba". Estamos acostumbrados a pensar que lo bueno se nos da en la dirección inversa, de arriba par

¡Cumplimos tres años!

Hoy este blog cumple tres años...  No tiene muchas pretensiones de diseño o literarias, sino más bien quisiera una sola cosa: que por unos segundos quien entre a este sitio cruce su mirada con la del Niño del pesebre. Estoy convencida de que a Él le basta un solo instante para cautivar un corazón... Por eso, como diría santa Teresa, "solo os pido que le miréis"... y que no dejen de andar nunca por las sendas de la vida que conducen a Belén. ¡Gracias a todos!

#179 Escondido

Este Niño lo compré en agosto de 2015 en una tienda del Ejército de Salvación, en Buenos Aires. Es pequeño, de yeso, y Jesús apenas si asoma sus ojitos por entre la cobija. Parece esconderse. Dice santa Teresita del Niño Jesús, en una carta a su hermana Celina, que "Jesús no quiere que encontremos en el reposo su presencia adorable". Afirma que Jesús se hace pobre para que podamos darle limosna y nos tiende la mano como un mendigo... "Jesús es un tesoro escondido, un bien inestimable que pocas almas saben encontrar porque está escondido y el mundo ama lo que brilla". Y para encontrar una cosa escondida, asegura Teresita, hay que esconderse también uno mismo. "Nuestra vida ha de ser, pues, un misterio. Tenemos que parecernos a Jesús, al Jesús cuyo rostro estaba escondido...". "Es verdad: tú eres un Dios escondido". Isaías 45,15

#178 Niño envuelto

Este Niñito lo compré en agosto de 2015 en una tienda de San Telmo, en Buenos Aires. Es pequeñito, está hecho de cerámica, cubierto con una manta de lana y acostado en una cunita tejida. Relata el Evangelio que, apenas nacido, Jesús fue envuelto en pañales por las manos maternales de María. Dios, hecho Hombre, se dejó envolver. Después del de encarnarse y nacer en las frágiles condiciones de un pesebre, éste es su primer acto de abajamiento. Un Dios desnudo. Que se deja ver vulnerable. Que se reconoce necesitado en su humanidad. Y que así, pide y permite que lo cubran, que lo envuelvan, que lo protejan, que cuiden su vida... porque Él, siendo un Niño, no puede hacer nada por sí mismo. ¿Hay mayor humildad que ésta? "Él, que era de condición divina, no consideró esta igualdad con Dios como algo que debía guardar celosamente: al contrario, se anonadó a sí mismo, tomando la condición de servidor y haciéndose semejante a los hombres", dice san Pablo (Filipenses 2, 6-7). El Niñ

#177 Los pies de María

Este pesebre me lo regalaron en agosto de 2015 mamá y papá, que lo compraron en una casa de antigüedades de Mercedes, Argentina. Es una única pieza de yeso, pintada y patinada en marrón. José, en actitud de recogimiento, está de pie, apoyado en su bastón. Y la Virgen, que también está en oración, está a su lado, sentada, con el Niño Jesús, que parece dormido, sobre su falda. Por entre los pliegues del largo vestido de María asoma su pie derecho. ¿Y cómo son los pies de María? Pies inmaculados, que abren paso a la Vida. Pies descalzos, para adentrarse en el suelo sagrado de la montaña de Dios. Pies de humilde doncella, que enamoraron al Creador. Pies desnudos de toda vanidad.Pies libres de cadenas, para dar un generoso sí. Pies ligeros, como de cierva, para escalar a las alturas de Dios. Pies prontos, para acudir sin tardanza a las serranías de Judea. Pies pacientes, para esperar la Vida que viene en camino, sobre su misma senda. Pies fatigados en el camino a Belén, donde, entre dolo

#176 Llena de gracias

Este pesebre es una sola pieza pequeña de cerámica, en colores brillantes, con las figuras de José y María en adoración y el Niño... Es de la marca Santini y lo compré en julio de 2015 en la santería del Santuario de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa , en Buenos Aires. Allí fuimos con mi familia a agradecer a la Virgen. Y me encontré con la Llena de Gracia dispuesta a dar a manos llenas las gracias que vienen de Dios. La Virgen que dijo sí, que concibió y llevó en sí al Dios hecho Hombre, la que lo dio a luz y nos lo dio en Belén, la primera que lo contempló y lo adoró, la que lo cargó en brazos y lo alimentó, la que lo educó, la que lo alentó a la misión, la que lo siguió hasta la Cruz, la que fue atravesada en el corazón por la espada, la que recibió el cuerpo sacrificado de su Hijo, la que vio corrida la pesada piedra de aquel sepulcro, la que creyó y permaneció firme en la oracion... Ésta es la Llena de Gracia. Y, precisamente, en la imagen de la Medalla Milagrosa, María

#175 Trinidad en la tierra

Este pesebre me lo regaló mi amiga Annie en junio de 2015. Lo compró en la santería de la iglesia de San Benito, de Buenos Aires, pero allí le dijeron que era de la provincia argentina de Jujuy. Está hecho en cerámica y pintado a mano, con detalles en dorado. La vestimenta parece ser la típica del norte argentino, con sombrero y poncho. Lo que más me llama la atención de esta imagen es su unidad: son tres figuras, pero es una única pieza. La ligazón es tan fuerte y profunda que no hay separación entre María, José y el Niño. Y en esa unidad circula amor, fluye de uno a otro y, desde esas miradas orantes, se nos ofrece y también se comunica al Dios trino. Es la otra Trinidad, la Trinidad en la tierra, como alguien ha llamado alguna vez a la familia de Nazaret. Me recuerda al famoso cuadro de Murillo, " Las dos Trinidades ", donde maravillosamente se unen en Jesús la comunidad de amor divino del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo con la comunidad de amor de familia de María,

#174 Cofre

Este pesebre me lo regalaron en mayo de 2015 mamá y papá, que lo compraron en una tienda de antigüedades de la ciudad de Mercedes (Argentina). En realidad no es muy antiguo. Es de cerámica, con las figuras de José, María y el Niño, de estilo clásico, en colores vivos y con un toque de purpurina. Todo el conjunto integra la tapa de un pequeño cofre... ¿Qué tiene en su interior? Dice san Mateo en su Evangelio que los magos de Oriente que fueron al adorar al Niño en el pesebre de Belén, arrodillados ante el Dios hecho Hombre, abrieron sus cofres y le ofrecieron como regalos oro, incienso y mirra. Aquellos presentes eran quizá los más costosos en esa época. ¿Qué regalarle a Dios? Pero de verdad, ¿qué podemos regalarle que no sea suyo? Como dice el rey David, "del Señor es la tierra y cuanto la llena, el mundo y todos sus habitantes..." (Salmo 24). ¿Qué regalarle a Dios? Si "todo don perfecto viene de arriba, del Padre de los astros" (Santiago 1,17), qué de bueno y di

#173 Hoja

Este pesebre me lo regaló en mayo de 2015 Aldana Vales, quien lo trajo de Perú. Es para colgar, de cerámica, con las figuras de la Sagrada Familia en estilo andino, insertos en una hoja. Es una hoja verde, sana, vigorosa, carnosa. Y dentro tiene vida: el propio Jesús. Algunos árboles pierden sus hojas, que caen resecas y se las lleva el viento cuando dejan de recibir savia. Otros no pierden nunca sus hojas, ni siquiera ante la crudeza del invierno o los fuertes vientos. Tienen dentro una fuerza vital superior. Así también nosotros, unidos a Dios, recibimos su savia, que es la Vida misma de Cristo. "Se llenan de savia los árboles del Señor", dice el salmo 104. Como en este pesebre, pidamos al Padre que corra por nuestras nervaduras la savia del Hijo, que su gracia nos reverdezca... ¡y que su Espíritu nos haga mecer en el árbol de la Vida para alabarle y glorificarle!

#172 Alaben al Señor... ¡que la música es buena!

Este pesebre me lo regaló en mayo de 2015 Eduardo Molinari, un hermano de la parroquia, y es originario del noroeste de Argentina. Tiene siete piezas y lo más llamativo es que las figuras de los pastores están ejecutando instrumentos musicales típicos de la zona andina. Aunque no todos la escucharon, en Belén hubo música aquella noche santa en la que Jesús nació. Primero los ángeles y luego los humildes pastores entonaron alabanzas por el nacimiento del Mesías. La música siempre fue importante para el pueblo de Dios. Los salmos eran parte importantísima del culto, oraciones que se cantaban e, incluso, se bailaban. Saber salmodiar, tocar con maestría, danzar con ritmo para alabar a Dios era considerado una virtud. De uno que también nació en Belén, de David, que luego sería rey, se dijo como un elogio que era un "buen músico" (1 Samuel 16). Los salmos no solo son música sino que hablan de la música como algo que, si es expresión de corazones sinceros, agrada a Dios: "Al

Pesebre invitado #29: En la calle

Este pesebre "pintado" lo vi un día de mayo de 2015 sobre una de las paredes de la parroquia Nuestra Señora de los Dolores, de Buenos Aires. Forma parte de una serie de imágenes con escenas de la vida de Jesús. Está como se ve: adaptándose a los elementos del muro, expuesto a los graffiti, resistiendo el smog... Pero aun así conserva los colores vivos y su tono alegre, en rebeldía ante el citadino gris de la calle. Aunque algunos menosprecien el valor evangelizador del arte callejero, esta pintada no deja de ser "buena noticia", mensaje que se ofrece al vecino o al transeúnte ocasional, invitación que pretende, desde los ojos, llegar al corazón... Me recuerda el deseo del Papa Francisco de una Iglesia "en salida", que se anima a salir del templo a la calle, que va a buscar a los que están afuera para invitarlos a ser familia sin esperar a que vengan solos. Una Iglesia que no teme quedar expuesta o ensuciarse en la calle... tal como este pesebre "pint

Pesebre invitado #28: Un pesebre "brocheriano"

A este pesebre lo descubrí en mayo de 2015, en uno de los laterales de la Catedral de la ciudad argentina de Córdoba. Es bastante singular porque está en un nicho vertical, protegido con un vidrio y con unos postigones de madera antiguos... En el sitio no hay ninguna referencia a su origen. Las figuras parecen ser de barro. La escena del nacimiento está arriba, como emplazada en uno de los tantos cerros de las serranías cordobesas, y en el faldeo hay figuras de campesinos y animales. Los rasgos de las figuras parecen ser gauchescos... Me recuerdan a la gente sencilla de las sierras, aquella por la que se deslomó, con verdadero celo apostólico, el padre José Gabriel del Rosario Brochero (1840-1914), beatificado el 14 de septiembre de 2013. El cura Brochero , como popularmente le llaman en Argentina, desarrolló una inmensa labor misionera en una amplia zona de las serranías cordobesas, donde se desplazaba a caballo o en mula, hablando con la gente de campo, los gauchos, en su mismo

#171 Delicia

Manzana deliciosa. Así es la forma de este pesebre de cerámica tan llamativo, que compré en mayo de 2015 en la villa turística de La Cumbrecita, en la provincia argentina de Córdoba. Cantan los salmos que el alimento que Dios da a sus fieles es delicioso. "Se sacian con la abundancia de tu casa, les das a beber en el río de tus delicias", dice el salmo 35. "Mi alma quedará saciada como con un manjar delicioso y mi boca te alabará con júbilo en los labios", se adelanta quien ardientemente busca a Dios, en el salmo 62. Canto que recrea el alma enamorada de su Dios en el Cantar de los Cantares, donde la Amada describe a su Amado como un manzano que, en medio de los árboles silvestres del campo y bajo el tórrido sol del mediodía, le ofrece la frescura y la protección de su sombra y la dulzura de sus frutos: "Como un manzano entre los árboles silvestres es mi amado entre los jóvenes: yo me senté a su sombra tan deseada y su fruto es dulce a mi paladar" (Canta

Pesebre invitado #27: Brazos abiertos

Este pesebre es un tríptico en cerámica, firmado por María Castellano, y está en uno de los laterales de la iglesia del Corazón de Jesús, el templo de la Universidad Católica Argentina, en Buenos Aires, inaugurado el 18 de marzo de 2015. En la imagen central, se puede ver un bellísimo relieve del nacimiento en Belén. Aunque vale la pena meditar en cada detalle, me quedo con la imagen del Niño Jesús, que, con los brazos abiertos, mira a los ojos a quien se pare a contemplar esta obra. Esos brazos extendidos son invitación. Son mensaje de parte de un Dios que quiso tener brazos de carne y hueso para abrazar y ser abrazado. Son ofrecimiento de amor y pedido de ser amado. No hay prevenciones, no hay reparos, no hay miedos... Jesús corre el riesgo y deja totalmente expuesto su corazón. Su mensaje es inequívoco: nos espera entre esos brazos. "Que mi alma se lance sin demora al eterno abrazo de tu Amor misericordioso.." Acto de ofrenda al Amor Misericordioso, san