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Mostrando entradas de septiembre, 2016

Niño invitado #40: Caminar de la mano

Esta imagen del Niño Jesús caminado de la mano de san José la descubrí en agosto de 2016 en uno de los laterales de la capilla San Roque, que está junto a la Basílica de San Francisco, en Buenos Aires.Hay un cierto momento en que los niños ya no quieren caminar dándole la mano a un adulto. Se sienten firmes en sus pasos, creen que ya pueden cuidarse solos de los peligros que surgen al andar y, además, comienzan a avergonzarse de que otros piensen que aun no son "independientes". A todos nos pasa esto. Y en el proceso de aprender a caminar por la vida del espíritu también nos puede pasar. Hay un pasaje del libro de Oseas que presenta a Dios como un padre tierno, paciente, amoroso, que enseña a caminar a su pueblo como a un niño. "¡Y yo había enseñado a caminar a Efraím, lo tomaba por los brazos!" (Oseas 11,3). Sin embargo, el pueblo de Dios no reconoció esos cuidados, creyó que podía andar solo y, como hacen los niños cuando quieren dejar de ser niños, se soltó de

#198 El manto azul de la Virgen

Este pesebre lo compré en mayo de 2016 en la ciudad argentina de San Rafael (Mendoza). Es una sola pieza, en cerámica, de colores intensos. Es muy hermosa la unidad que forman José, María y el Niño. Pero quisiera reparar en el manto azul de la Virgen, que fue lo primero que me llamó la atención al ver este pesebre. El azul es, prácticamente desde la Edad Media, el color predominante del amplio velo que lleva la Virgen en diversas advocaciones y representaciones. Los tonos de azul más oscuros se asocian al dolor de María por el sacrificio de Jesús en la Cruz, mientras que los tonos de azul más claros, brillantes o luminosos están asociados al gozo y a la luz que nos trae la Virgen. El amplio manto azul de la María también remite al cielo, un cielo cuya contemplación lleva a los ojos del alma a posarse en Dios. Un cielo que inspira amparo, protección, refugio. Cuando Dios se hizo Niño eligió cobijarse bajo el manto azul de María... Pero Él no quiso guardárselo solo para sí. Y al darn