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Mostrando entradas de marzo, 2014

#129 Aguayo

Este pesebre me lo regalaron en febrero de 2014 y está hecho a mano, en papel y tela, por enfermos de la casa Buen Samaritano, de Cochabamba, Bolivia. Está diseñado como una tarjeta navideña. La inscripción arriba del pesebre dice "Navidad campesina". La figura de la Sagrada Familia está calada y así afloran retazos de aguayo, un tipo de tejido típico de los pueblos andinos. El aguayo se caracteriza por las rayas de colores contrastantes y es utilizado en diversas prendas. Para la Navidad, existe en Bolivia la costumbre de vestir al Niño Jesús con ropita típica de los Andes hecha en aguayo. Es muy usual que las madres carguen a sus bebés en sus espaldas envueltos en una manta de este tipo de tejido. Leí por ahí que el aguayo es como la "cuna de los indígenas", hermosa imagen para pensar que Jesús, envuelto en esta tela colorida, se hace uno con nosotros, arropado por el calor maternal del Creador. Como dice esta bella oración, qué distinta se saborea la vi

#128 La estrella de la Luz verdadera

Este pesebre me lo regaló en febrero de 2014 mi amiga Daniela Vulcano. Lo trajo de la ciudad argentina de Villa Gesell, aunque tiene inconfundibles rasgos andinos. Es una sola pieza, con cordón para colgar, hecho en cerámica. Se trata de la figura de la Sagrada Familia colocada en el centro de una estrella. Al verla, no sé por qué, me recordó a esas estrellas que se colocan en el Paseo de la Fama, en Hollywood, para rendir "tributo" a las "celebridades", personas como cualquiera, con talentos para el arte, pero que el mundo -el lucrativo "star system"- convierte en ídolos de barro. En el Paseo de la Fama hay unas dos mil de estas estrellas... En ninguna se recuerda al que verdaderamente tiene Luz propia para alumbrar a las naciones... ¿Qué ocupa el centro de la estrella que está en nuestro corazón? Muchas veces cedemos el centro de nuestra vida a ídolos de barro, no tan solo "celebridades" de carne y hueso sino ambiciones vanas, preocupaciones i

#127 Flores

Este pesebre en miniatura me lo regaló mi amiga Daniela Vulcano en enero de 2014. Aunque lo compró en la ciudad argentina de Villa Gesell, es de inconfundible estilo peruano. Entre sus detalles, además del colorido, destacan las flores que hacen de marco, elemento tradicional de las artesanías de la región peruana de Ayacucho. Hay un par de versículos en el libro del profeta Isaías que, como señal a los que esperan la venida del Salvador, anuncia que la tierra reseca se llenará de flores: "Que se alegren el desierto y la tierra seca, que con flores se alegre la pradera. Que se llene de flores como junquillos, que salte y cante de contenta, pues le han regalado el esplendor del Líbano y el brillo del Carmelo y del Sarón. Ellos a su vez verán el esplendor de Yavé, todo el brillo de nuestro Dios" (Isaías 35, 1-2). La profecía de Isaías tiene en el nacimiento de Jesús su cumplimiento. Donde había carencia de Agua Viva, sed infinita de Dios, brota la vida. Todo se llena de flores,