Este pesebre me lo regalaron papá y mama para la Navidad de 2022. Las imágenes son preciosas. Están pintadas a mano y uno de los detalles que más me llamó la atencion es que las figuras tienen remiendos en sus ropas. Le he dado muchas vueltas a los remiendos de este pesebre. ¿Son un signo de pobreza de la Sagrada Familia? ¿Son los remiendos de los que habla Jesús en el Evangelio? Despues de mucho contemplar este pesebre he pensado que estos remiendos son las heridas que acarreamos y con las que hemos de presentarnos, humildemente, ante el Niño en Belén. Sí. Si hay Alguien que ha venido a hacerse cargo de nuestras heridas, ése es Jesús. El Señor no se espanta de nuestros "rotos". Y solo Él es capaz de repararnos, restaurarnos y salvarnos. Y solo Él es capaz de transformar nuestra herida en una oportunidad de vida nueva, de verdadera conversión, de nuevo impulso hacia nuevos horizontes, tal como lo hizo hace cinco siglos con Ignacio de Loyola, cuya herida en batalla le abrió...
«Vayamos hasta Belén y veamos lo que ha sucedido» (Lc 2, 15).